Una marea de alternativas políticas nos avasallarán en las próximas elecciones en el país ,y particularmente en Morelos. La participación en la elección de los diputados federales, estatales, y presidentes municipales será una inmensa e intensa confrontación. El voto se fragmentará y es previsible que los futuros presidentes municipales en Morelos tendrán serias dificultades para gobernar sus municipios, pues tendrán un cabildo compuesto por una diversidad de regidores con toda una gama de intereses y visiones diferentes.

La actual legislatura morelense ha mostrado lo que sucede cuando convergen en el congreso tal cantidad de visiones, ideologías , experiencia e intereses. No lograron aprobar el presupuesto anual en tiempo y forma, obstaculizando la gobernabilidad del Estado. Su productividad ha sido mínima en creación de leyes. El gobierno del propio congreso ha tenido serias dificultades para lograr acuerdos indispensables para realizar el trabajo legislativo.

El ayuntamiento de Cuernavaca y el de otros municipios han tenido que operar con enorme dificultad ante la diversidad de opiniones de los regidores provenientes de distintas organizaciones políticas. Se recurrió a negociaciones que están lejos de ser correctas. La operatividad se entorpece, se encarece y causa mucha frustración y enojo en la gente. La política está desacreditada.

Es menester poner orden en los procesos democráticos. Desde los romanos se han aplicado fórmulas que eviten la ingobernabilidad.

Francia en 1787 inició la segunda vuelta conocida como Ballotaje (del francés balloter, votar con bolitas) y luego de pasar por un largo camino, desde Napoleón que la eliminó a Charles De Gaulle que le da las características actuales. Fue finalmente aceptada en esta época en 1962.

La segunda vuelta es: “segundo escrutinio o segunda vuelta electoral entre los dos candidatos que obtuvieron más votos en el primer escrutinio, tras una elección de escrutinio mayoritario con resultado negativo en la primera vuelta, al no haber obtenido ningún candidato el número de votos necesarios para resultar electo” (Lasowski:2007).

Con este mecanismo se busca generar mayor estabilidad política y credibilidad para gobernar, al contar el candidato ganador con el respaldo de más de la mitad de los electores. Construye mayorías que permiten realizar un mejor gobierno. Elimina a los candidatos débiles y da la oportunidad a los votantes de reorientar sus preferencias. Se fortalece el sistema de partidos y se promueve la cultura política.

Algunos especialistas destacan desventajas, ya que dicen, distorsiona la voluntad popular; se incrementa el costo de la elección; se genera cierta incertidumbre y creen que fomenta el abstencionismo.

En México en septiembre de 1996, San Luis Potosí modificó su constitución e incorporó la segunda vuelta electoral que aplicó en las elecciones de 1997 y dio estabilidad a la Entidad al no haber ningún conflicto postelectoral. En el 2005 fue derogada bajo el argumento de que vulneraba la Constitución federal, encarecía el proceso electoral y traicionaba el espíritu del voto.

El Partido Acción Nacional presentó en 1998 la iniciativa para incorporar la segunda vuelta a la Constitución. En el 2001 el PRI presentó la suya. Argumentó que era necesario fortalecer la legitimidad del Presidente de la República. En el ánimo de esta propuesta es evidente la intención de evitar los conflictos electorales cuando la diferencia es muy poca. La complicada elección del 2006 vendría a confirmar la importancia del procedimiento de la segunda vuelta. El partido Convergencia insistió en la necesidad de un segundo escrutinio al observar que las condiciones políticas en el país habían cambiado y se requería garantizar la gobernabilidad. El partido Verde hizo una propuesta profundizando en el tema de las mayorías absolutas y relativas. En el 2017 el PAN, Convergencia y el Verde insistieron en el tema de la segunda vuelta con sus respectivas iniciativas.

Un gran número de países en el mundo han adoptado la segunda vuelta. En América Latina 14 países la han adoptado. México está obligado a incorporarla a su sistema electoral. (Morelos también). Deberá ser debatido por la sociedad, los órdenes de gobierno, universidades, OSCs, partidos, organismos empresariales, etc. Ante el crecimiento desmedido de las opciones políticas, ha llegado el momento de crear una nueva política electoral que garantice la certidumbre en la elección, la legitimidad, y la gobernabilidad. Es tiempo de ser audaces hoy para mejorar mañana.

Por: Ariel Homero López Rivera / opinion@diariodemorelos.com

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