Hace 63 años el voto de la mujer se aprobó por primera vez en nuestro país. Tuvieron que pasar muchos años y vencer todo tipo de obstáculos para lograrlo. Aún ganando elecciones, a las mujeres no se les permitía acceder a puestos de elección popular, hasta que Ruiz Cortines promovió la modificación a la Constitución.

Gran conquista. Sin embargo, la lucha para ocupar espacios en política aún no termina. Es cierto que fue ya designada la primera Secretaria de Gobernación, como también es cierto que no se le da, o no asume el rol que ha tenido ese puesto a través de los años. Ella misma reconoció que en el gabinete la discriminan (aunque después se arrepintió de haberlo dicho).

Sólo dos mujeres, Claudia Sheinbaum Pardo en la CDMX y Claudia Pavlovich Arellano en Sonora gobiernan sus entidades. Dos entre 32 entidades nos habla de lo difícil que es todavía para las mujeres llegar a ser gobernadoras. Recientemente fue nombrada la primera Secretaria de Seguridad Pública del gobierno federal: Rosa Icela Rodríguez, que se suma al gabinete federal con el mayor número de mujeres en la historia.

En los partidos nacionales, sólo el partido verde tiene una mujer Secretaria Ejecutiva (Aunque todos saben quién dirige en realidad a ese partido: un niño verde, no tan niño). Los partidos siguen siendo dominados por los hombres.

El 3 de julio de 1955, hace 65 años, las mujeres acudieron a las urnas a votar por primera vez en México. 24 años después, en Colima se votó la primera gobernadora: Griselda Álvarez.

Lento, muy lento el camino de las mujeres para ganar espacios políticos. Hay avances sin duda. Hoy la mitad de las curules de la cámara de diputados por ley deben ser para ellas.

No obstante los avances, los colectivos femeninos se han revelado con una enorme fuerza. Tienen objetivos claros: detener los feminicidios; justicia para sus familiares desaparecidos o violentados; el reconocimiento al aborto; Justicia, justicia, justicia es el reclamo.

Las mujeres salieron a la calle en una suerte de revancha. La ira contenida, la vejación latente, misoginia y discriminación constante en los puestos de trabajo, en la calle, en medios de transporte, etc. En este terrible 2020, salieron a los espacios públicos con gran belicosidad y gritaron un ¡Basta! Que se escuchó en todo el territorio nacional.

En este clima de inseguridad, pandemia y gran surgimiento de los movimientos feministas, los partidos se deben preguntar ¿por quién votarán las mujeres? ¿Cómo procesarán los acontecimientos de este año pre-electoral? En las encuestas de salida de Mitofsky así se registra en las últimas 4 elecciones presidenciales. En la del 2018 el voto de los hombres fue para Morena en un 46.3 % mientras el de las mujeres fue de 43.6 %.

En la campaña por la presidencia de EEUU, los estrategas tienen bien claro la importancia del voto de la mujer. Trump ha ido a suplicar el voto femenino a Florida, tratando de recuperarlo, cosa difícil. Trump falló en darles certeza en el manejo de la pandemia.

Lisa Sánchez, directora de México Unido contra la Delincuencia, dice en una entrevista a El País: “Yo no sé si para (AMLO) es el movimiento que más le hace frente, pero sí sé que es lo que más trabajo le cuesta deslegitimar porque al final del día sí termina siendo una reivindicación justa, histórica, necesaria, mal atendida, transversal a todos los Estados, a todos los municipios, todos los niveles socioeconómicos, pero que además moviliza. Es un movimiento que saca a la gente a la calle…” ¿Lo sabrán los partidos?

Aquellos candidatos o candidatas que logren hacer atraer el voto femenino, éste será el que les dé el triunfo. Tendrán que vencer el muro que separa a la política del pensar femenino y responder la pregunta: ¿Qué será lo que más oriente el voto de las mujeres? La influencia de los varones de la familia ; la influencia de la TV y el radio; lo que le regalan los partidos; los mensajes en las redes; por la imagen retocada de los candidatos en espectaculares, carteles, videos, etc.; siguiendo al líder de la colonia; por fidelidad a un partido, por la beca, por la pensión; afinidad con el presidente… ¿Por qué votarán las mujeres? ¿Por sus propias convicciones?.

Por:  Ariel Homero López Rivera / opinion@diariodemorelos.com

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