Nacido en Cuernavaca, Morelos, en 1907, Emile Kuri no solo marcó un antes y un después en la historia del cine mexicano, sino que se convirtió en el primer mexicano en ganar un Oscar, abriendo el camino para futuras generaciones de artistas en Hollywood.
Kuri, de ascendencia libanesa, se trasladó a Estados Unidos y comenzó a forjar una carrera en la industria cinematográfica durante la década de 1930. Su excepcional talento en el diseño de decorados y dirección de arte lo llevó a trabajar con gigantes del cine, como Alfred Hitchcock, Frank Capra y William Wyler. Fue en 1949 cuando su maestría cobró reconocimiento mundial al ganar el Premio Oscar a Mejor Dirección de Arte por la película The Heiress (La Heredera), dirigida por William Wyler. Esta hazaña histórica lo posicionó como pionero y un símbolo del talento mexicano en el séptimo arte.
Pero Emile Kuri no se detuvo ahí. Cinco años después, en 1954, se llevó su segunda estatuilla en la misma categoría por su impecable trabajo en Twenty Thousand Leagues Under the Sea (20,000 Leguas de Viaje Submarino), una producción que deslumbró al público con sus elaborados escenarios y efectos visuales innovadores para la época. En total, Kuri fue nominado en ocho ocasiones, manteniendo durante décadas el récord de nominaciones para un mexicano en los Oscar.
La influencia de Kuri trasciende sus premios: su sensibilidad y dedicación en el diseño de ambientes cinematográficos establecieron nuevos estándares en la industria. Además de trabajar en clásicos de Disney —como Mary Poppins y Bedknobs and Broomsticks—, Kuri dejó su huella en numerosos filmes que se han convertido en referentes del cine mundial.
Emile Kuri falleció en Los Ángeles en 2000 a los 93 años, dejando un legado imborrable. Su éxito es un recordatorio de que, desde los rincones de Cuernavaca, el talento mexicano puede conquistar incluso los escenarios más exigentes y prestigiosos del cine internacional.
Hoy, al rememorar su historia, celebramos no solo sus dos estatuillas, sino también su contribución a la cultura y al arte cinematográfico. Emile Kuri sigue siendo una fuente de inspiración para diseñadores, cineastas y todos aquellos que creen en el poder del cine para transformar vidas.