Miles de personas pasan todos los días por el cruce de la Avenida Insurgentes, a la altura de Metrobús Poliforum. Ahí, en las escalinatas de una tienda departamental, un niño devora un libro sobre el espacio, a su lado, una señora le habla de Las estrellas y del Universo.

 

Son Brandon y Elenita, dos vidas que se cruzaron. Hace unos días su foto se hizo viral en redes sociales, pero ellos han estado desde hace cuatro años. La mamá de Brandon, Lucy, vende dulces en esas escalinatas.

A pesar de lo que se dijo en redes, la señora Elena no es maestra, vende joyería, y toparse con Brandon y Lucy fue coincidencia.

 

 

“Yo lo conocí porque trabajo aquí en la torre (del WTC), este es el pasar de todos los días. Me acerqué porque me gustan mucho los niños”, comentó a Imagen la señora Elenita.

La mamá de Brandon, Lucy, agregó, “ella me contó que no tiene hijos, yo le di la oportunidad para que conociera a mi niño y se veía buena gente, por eso”.

 

 

Lucy y Brandon son originarios de un pueblo mixteco en Oaxaca, cuando conocieron a Elenita, Brandon tenía tres años, Lucy apenas hablaba español, Brandon ni un poco, pero eso no fue impedimento para Elenita.

“Yo empecé a interactuar con él, leyéndole cuentos, contándole historias, haciendo ejercicios. Como a los 4 o 5 años me dijo que ya sabía leer y cual fue (la sorpresa) que ya se sabía de memoria el cuento que yo le leía”, recuerda Elenita. En ese momento supo que podía actuar por el futuro de Brandon, “fue cuando le dije a Lucy: ‘Lucy, a meterlo a la escuela’”.

Al inicio, Elenita solo iba media hora, dos o tres días a la semana, pero conforme Brandon fue avanzando en la escuela la empezó a necesitar más, y ella dejó sus actividades personales para apoyarlo.

Hoy Brandon tiene ocho años, va en tercero de primaria y de lunes a viernes espera a Elenita en estas escalinatas.

“Elenita me ayuda en mis trabajos, en mis tareas, me trae juegos didácticos, dice que tenemos que comprar monografías, un periódico para las noticias y me habla de lo bonito que es el Universo”, dice Brandon.

Luchando contra el ruido de la gente y los autos, Elenita y Brandon se pierden entre cuadernos, videos, juegos y partidas de ajedrez. Se les van las horas. Para el futuro le apuntan al cielo.

 

 

“Mi sueño, yo se lo he platicado a él, es que yo quiero verlo recibirse de la universidad”, comparte la señora Elena.

“Yo quiero ser astronauta y quiero viajar en las estrellas”, dice convencido y entusiasmado Brandon.

 

 

El amor de Elenita está cambiando la historia de un niño y de todo un pueblo, ya que según cuenta Lucy: “Casi ninguno de mi pueblo terminó su universidad, nada ni la secundaria casi terminaron, por eso me va a dar mucho gusto que mi niño termine la universidad”.

Elenita y Brandon, un amor desinteresado que llega hasta las estrellas.

 

Fotos: Imagen tv

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