El telescopio espacial James Webb, la joya de la exploración astronómica, ha deslumbrado al mundo una vez más con las últimas imágenes que nos brinda desde el corazón de la Vía Láctea. Estas impresionantes fotografías muestran un espectáculo cósmico de 500,000 estrellas iluminando el núcleo de nuestra galaxia, junto con la caótica región de formación de estrellas Sagitario C (Sgr C).

Lanzado en 2021, el James Webb cuenta con cámaras potentes e instrumentos altamente sensibles que han llevado la observación astronómica a nuevas alturas. Las imágenes capturadas revelan características antes ocultas en el denso centro de la galaxia, ofreciendo una resolución y sensibilidad infrarroja sin precedentes.

Los astrónomos dirigieron la mirada del Webb hacia Sagitario C, una región activa de formación estelar ubicada a unos 300 años luz del agujero negro supermasivo central, Sagitario A*. Gracias a esta exploración, Samuel Crowe, investigador principal, destaca la oportunidad única de desentrañar misterios sobre el universo primitivo.

Estudio detallado del Centro Galáctico

El centro galáctico de la Vía Láctea, a 25,000 años luz de la Tierra, proporciona un entorno extremo para estudiar la formación de estrellas. El telescopio Webb ha permitido descubrir Sagitario C, con alrededor de 500,000 estrellas y características aún no identificadas que los científicos se aprestan a analizar en detalle.

Revelaciones inéditas

"Webb revela una cantidad increíble de detalles, lo que nos permite estudiar la formación de estrellas en este tipo de entorno de una manera que antes no era posible", destaca Crowe. Entre los hallazgos se encuentran cúmulos de protoestrellas, incluida una masiva en el centro con más de 30 veces la masa del Sol. La densidad de la nube de protoestrellas crea la ilusión de una región menos poblada de lo que realmente es.

La ciencia detrás de la imagen

Las estrellas masivas en el centro galáctico son auténticas fábricas cósmicas, produciendo elementos pesados en sus núcleos. Comprenderlas mejor es adentrarse en la historia del origen del universo. El telescopio Webb, fruto de la colaboración entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), con su espejo primario de 6.5 metros y capacidad infrarroja, promete desentrañar aún más secretos cósmicos.

Estas nuevas imágenes no solo son un deleite visual, sino también una puerta abierta a un vasto conocimiento sobre el funcionamiento interno de nuestra galaxia y el universo en sí.

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