El 10 de abril de 1970 marcó el inicio del fin de una de las bandas más influyentes de la historia de la música: The Beatles. Ese día, Paul McCartney anunció públicamente su salida del grupo, desatando la conmoción entre millones de fans y dando paso al cierre de una era dorada para la música.
Aunque el comunicado de McCartney fue el detonante, la separación no ocurrió de la noche a la mañana. Durante años, los desacuerdos creativos, las tensiones personales y los intereses individuales habían debilitado el vínculo que una vez unió a John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. Las diferencias artísticas, la presión mediática, los negocios y la transformación de sus personalidades crearon una atmósfera cada vez más tensa dentro del grupo.
Uno de los momentos clave fue en 1969, cuando John Lennon expresó su deseo de abandonar la banda. Sin embargo, acordaron no hacerlo público para no afectar la promoción del último disco, Abbey Road. Para entonces, ya no trabajaban como un colectivo unificado: cada uno grababa sus partes por separado.
La creación de Apple Corps, la empresa de los Beatles, también trajo consigo problemas financieros y de gestión que los enfrentaron aún más. La elección de Allen Klein como nuevo representante por parte de Lennon, Harrison y Starr, frente a la preferencia de McCartney por su suegro Lee Eastman, intensificó el conflicto interno.
Tras la declaración de McCartney en abril de 1970, la separación se volvió oficial, aunque el proceso legal se prolongaría hasta 1975, cuando se disolvió formalmente la sociedad que los unía.
A pesar del quiebre, el legado de The Beatles perdura hasta hoy.Su separación fue el final de un capítulo glorioso, pero no el fin de su influencia. Desde entonces, cada uno siguió su camino, pero la historia del cuarteto de Liverpool continúa escribiéndose en cada generación que descubre su música por primera vez.