Después de la difusión de diversos audios por parte de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, en los que se escuchan actos posiblemente constitutivos de delitos por parte del Presidente del PRI, Alejandro Moreno, el pasado miércoles la alianza PRI-PAN-PRD aglutinada en Va por México dio un posicionamiento ante la solicitud de desafuero por parte de la Fiscalía de Campeche. La alianza conservadora decidió arropar al dirigente priista, ratificar la alianza, y de paso sentenciar que las reformas constitucionales en materia electoral y la de adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa, no serán aprobadas. 

Lo anterior, tuvo como preámbulo una embestida contra Alejandro Moreno de parte de medios de comunicación, opinadores y notables promotores de la alianza Va por México, así como de una revuelta interna del PRI, encabezada por el senador Miguel Ángel Osorio Chong, coordinador de los senadores priistas, y por expresidentes y exgobernadores del PRI. Aún con todos esos factores en contra, ni los priistas ni simpatizantes de la alianza lograron remover a tan impresentable dirigente. Todo ello llama poderosamente la atención considerando que, en la encuesta de agosto de El Financiero para la Ciudad de México, el PRI pierde 9 puntos porcentuales en su intención de voto entre junio y agosto, lo cual se puede atribuir a los escándalos de Moreno.  

¿Por qué la alianza opositora se daría un balazo en el pie? Una parte de la explicación radica en que sigue prevaleciendo el razonamiento de que juntos “pueden perder” pero separados “seguro pierden”. Es decir, ellos saben que separados no son nada; las que hace no mucho tiempo eran las tres principales fuerzas políticas del país, hoy requieren estar juntas para sobrevivir. Otro factor importante es que Movimiento Ciudadano ya decidió no sumarse a Va por México, al menos para las elecciones del próximo año, lo cual hace necesario mantener al PRI en la alianza, aún con Moreno al frente. 

Finalmente, el factor coyuntural más importante es que la solicitud de desafuero contra Moreno y la posibilidad de que pise la cárcel, provocó la “empatía” de varios políticos que tienen cuentas pendientes con la justicia. Por parte del PAN, el excandidato presidencial Ricardo Anaya, el gobernador saliente Francisco García Cabeza de Vaca y el coordinador de los diputados federales, Jorge Romero Herrera, recientemente involucrado en el fraude inmobiliario de la Ciudad de México. Por parte del PRD, el ex gobernador Silvano Aureoles. En el caso del PRI la lista es larga, recordemos que varios funcionarios peñistas ya están en la cárcel, entre ellos Emilio Lozoya Austin y Rosario Robles, y el pasado viernes detuvieron a Jesús Murillo Karam.

Con la decisión de proteger a Alejandro Moreno, la alianza Va por México ató su destino al de este personaje. Morena tiene la mayoría en la Cámara de Diputados para su desafuero, por lo que es viable que proceda el proceso judicial. Pero todo parece indicar que al verse acorralados, los integrantes de la alianza le apuestan a victimizarse, a apelar a la opinión pública. Han montado una línea discursiva en la que califican al presidente Obrador de represor, autoritario, fascista y hasta dictador, incluso empiezan a hablar de restaurar la República. Una apuesta arriesgada cuyo efecto se verá en lo que suceda en la elección en el Estado de México. 

Por: Cristian Campos Contreras / ccamposcontreras@yahoo.com.mx


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