Recientemente en un programa de análisis político de televisión abierta, Héctor Aguilar Camín, un connotado analista y opositor de la 4T, dijo que los medios discuten más al presidente Obrador que a los problemas del país. Asimismo, señaló que el presidente Obrador se apropia de la agenda pública “por la complicidad política de los medios”, y que los medios dan excesiva cobertura a los presidenciables de MORENA. El mundo al revés. Me vienen a la mente aquellos episodios después de 2006, en los que después de haber perdido la contienda electoral para presidente de la República, Obrador acusaba ser víctima de un “cerco informativo”. 

Es cierto que los medios tradicionales le dan amplia cobertura al presidente y a los presidenciables de MORENA, de hecho, en un estudio de la Central de Inteligencia Política se estima que la cobertura de los presidenciables de MORENA alcanza el 85% del total de cobertura. En lo que se equivoca Aguilar Camín es en que dicha cobertura es producto de la complicidad política de los medios; en términos de acceso a recursos económicos privados y simpatía de los medios tradicionales, los partidos de oposición tienen ventaja sobre MORENA. El problema de la oposición es que no han podido colocar temas que atraigan la atención del público, principalmente por su incapacidad para adaptarse a la avasalladora comunicación que impuso la 4T. El programa de gobierno de la 4T va acompañado de una poderosa narrativa de que las cosas tienen que cambiar radicalmente, para poder aspirar a una transformación como la de la Independencia, la Reforma y la Revolución. 

Los políticos y analistas de oposición se aferran a las políticas neoliberales como si se tratara del estado ideal de las cosas, como el camino seguro para llegar al primer mundo. Se frustran porque la demolición de las instituciones neoliberales no genera indignación entre amplios sectores de la población. Ahí es donde el presidente Obrador les está ganando la partida, porque la narrativa de “transformación” domina sobre la de “destrucción”. Es cierto que algunas acciones de gobierno y declaraciones del presidente pueden tildarse de ocurrencias, pero siempre son calculadas y usadas estratégicamente, de tal suerte que su base política hasta las celebra. Son innumerables los artificios que utiliza el presidente Obrador para controlar la agenda pública, incluyendo frases populares y toda clase de recursos retóricos, sin embargo, los más importantes tienen que ver con su capacidad para mover piezas y predecir la respuesta de sus adversarios. 

El presidente presume sus altos niveles de popularidad y sus opositores resaltan las encuestas en las que la población lo reprueba en aspectos específicos de gobierno como seguridad y economía. Hay acciones de gobierno concretas que le han permitido al presidente mantener altos niveles de aprobación, pero si no fuera por su extraordinaria capacidad de comunicación, no podría sortear la abrumadora cobertura negativa de los medios. Ante la falta de comprensión del momento histórico que vive el país, los políticos y analistas tradicionales como Aguilar Camín, buscan convertir a los medios de comunicación en chivos expiatorios. Mientras tanto, el avance político de MORENA le ha permitido controlar 22 gubernaturas en apenas 8 años, y el próximo año el Estado de México.

Por: Cristian Campos Contreras / ccamposcontreras@yahoo.com.mx


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