El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado su intención de emprender acciones legales contra autores, editoriales y medios de comunicación que utilicen fuentes anónimas en sus publicaciones. 

Esta declaración surge tras la publicación de un nuevo libro del periodista Michael Wolff, que afirma que Trump mostró signos de estrés después de un intento de asesinato durante su campaña electoral. En respuesta, el mandatario calificó estas afirmaciones de "ficción inventada, difamatoria" y aseguró que tomará medidas legales para combatir lo que considera deshonestidad flagrante en el periodismo. 

La crítica va dirigida hacía el uso de fuentes anónimas, sosteniendo la acusación de que muchas de ellas no existen, para lo que sugirió la creación de nuevas leyes de difamación para responsabilizar a los medios por la difusión de información no verificable. 

Esta postura de Trump ha generado preocupación entre defensores de la libertad de prensa, quienes advierten que tales acciones podrían socavar la protección legal que tienen los medios para informar sobre asuntos de interés público. 

La libertad de prensa es fundamental en la democracia de un país, permitiendo a los medios de comunicación informar sobre temas sensibles cuyas fuentes ameritan protección para evitar represalias ni censura, lo que también se vuelve problemático de cara a la democracia y la información que los ciudadanos puedan adquirir. 

Además de sus amenazas legales, la administración Trump ha tomado medidas para restringir el acceso de ciertos medios a eventos oficiales. Recientemente, la agencia de noticias Associated Press (AP) fue vetada de cubrir eventos en la Casa Blanca debido a su negativa a adoptar la denominación "Golfo de Estados Unidos" en lugar de "Golfo de México", como lo ordenó Trump por decreto. Esta acción ha sido criticada por organizaciones defensoras de la libertad de prensa, que la consideran una violación a la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense. 

Estas acciones reflejan una escalada en la confrontación de Trump con los medios de comunicación, lo que podría tener implicaciones significativas para la libertad de prensa y la relación entre el gobierno y los medios en Estados Unidos.

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