Cuernavaca.- En otra vida, seguramente don Francisco Acosta Pérez fue un gran inventor.
En ese sentido, se puede decir que los “genios nacen y no se hacen”.
Lo decimos porque no hay explicación que sirva para ilustrar cómo un pequeño de 6 años, hace algunos ayeres, construyera réplicas de maquinara pesada a gran detalle y aplicando conocimientos de física e ingeniería, sin siquiera tener alguna carrera.
Don Francisco, quien actualmente tiene 66 años y vive en la colonia Ampliación Bugambilias, de Jiutepec, cuenta con una colección de por lo menos 20 réplicas de maquinaria pesada, como retroexcavadoras, grúas, aplanadoras, bueno, hasta un avión.
Lo destacado aquí es que, las construyó cuando era muy pequeño, y con materiales completamente reciclados, como latas de aceite, candados viejos, varillas, maderas, corchos y pedazos de llanta.
Lo que llama la atención es la complejidad de los diseños, algunos de los cuales funcionan tal cual lo hicieran las máquinas modernas.
“En donde yo crecí, Tepatepec, Hidalgo, había unos terrenos, junto a un río que estaban desviando, entonces, había maquinaria pesada, a mí me gustaba todo eso de las máquinas, y poco a poco fui memorizando los diseños, pasaba horas contemplando las grúas, aplanadoras, y me regresaba a mi casa, antes, en el camino, recogía todo lo que se podía usar: latas, metales, pedazos de llanta, madera, y con eso comencé a construirlas”, nos cuenta.
Los diseños tienen más de 50 años, y se mantienen en pie, pese a que no están mecanizados; sin embargo, si uno los manipula, exactamente realizan las funciones para los que fueron hechos.
Vale más el ingenio que el conocimiento
Don Panchito es una muestra clara que cuando hay imaginación, se puede lograr cualquier cosa, aún sin tener recursos.
“Yo les digo a las nuevas generaciones, que no se desanimen, los jóvenes de ahora pasan mucho tiempo en el celular, la tableta, viendo videos, imagínese si yo hubiera tenido todos esos recursos a mi alcance, estas maquinitas se moverían por sí solas, pero no, sólo tenía lo que me iba encontrando a mi paso”, es un mensaje que da para quienes se frustran fácilmente.
En la entrevista que nos concedió, informó que no quiso restaurar a detalle las maquinarias, porque perderían el valor que tienen “y entonces la gente pensaría que son nuevas, pero no, tienen más de 50 años, y siguen funcionando, acota”.
Un constructor de nacimiento
Este conocimiento que adquirió de pequeño, lo llevó a adentrarse en el ramo de la construcción, y a pesar de que sólo llegó a estudiar la primaria, su experiencia e imaginación lo ha llevado a edificar obras complejas.
“La gente me llama para resolver problemas que otros no pueden, o que les dejan la chamba botada porque sólo prometen maravillas para sacar dinero, pero yo aprendí a construir, lo hago hasta el momento”, cuenta don Francisco. Incluso, dice que arquitectos e ingenieros que ya cuentan con una carrera consolidada, lo buscan para ayudarlos a resolver cuestiones complejas.
A pregunta expresa de que si vende sus maquinitas, asegura que las mismas tienen un valor sentimental incalculable, pero pues si a alguien le interesan, lo pueden contactar al siguiente teléfono: 777 135 44 16
Por: Hassan Aldama hassan.aldama@diariodemorelos.com
