Durante muchísimos años las bandas de viento han estado presentes en la vida de los morelenses, ya sea para esparcimiento, amenizando una fresca tarde en el kiosco, en actos religiosos, cívicos y políticos, en celebraciones como: carnavales, fiestas patronales, bautizos, cumpleaños y bodas o acompañando a las personas hacia su última morada.
A mediados del siglo XVIII ya existían bandas de música de viento en la ciudad de Cuernavaca, sus antecedentes se remontan a las bandas militares de la época colonial.
Durante la independencia, los ejércitos insurgentes continuaron con la tradición militar española y, al término de ese movimiento se mantuvo la costumbre de que los regimientos contaran con una sección de banda de música. Simultáneamente a las bandas militares, algunos pueblos formaron bandas de viento que servían para animar las corridas de toros y tocar en las festividades cívicas que comenzaron a celebrarse a partir del año de 1824.
Un ejemplo de la presencia de estas bandas durante el siglo XIX se dio al triunfar la Revolución de Ayutla, que terminaría con el derrocamiento y exilio de Antonio López de Santa Anna. En esa ocasión, el general Juan N. Álvarez convocó a una Junta de Representantes para que se reunieran en Cuernavaca el 4 de octubre de 1855, con la finalidad de elegir al Presidente Interino de la República. Este cargo recayó en el propio Álvarez y las crónicas de ese acontecimiento señalan que “Este nombramiento fue recibido con calurosas muestras de entusiasmo por la numerosa concurrencia” y “Las músicas de los cuerpos militares recorrieron las calles, y hubo salvas de artillería, corridas de toros, serenatas y otras demostraciones de regocijo”.
La presencia de los emperadores Maximiliano y Carlota en Cuernavaca, entre 1865 y 1866, debe haber influido en gran medida en la música local. Hay que recordar que durante este período fue creada la Sociedad Filarmónica Mexicana, en la ciudad de México, cuya solemne inauguración se realizó el 1° de julio de 1866 y que posteriormente se convertiría en el Conservatorio Nacional de Música (CNM).
El secretario particular de Maximiliano, José Luis Blasio, nos narra en su libro de memorias “Maximiliano Intimo” (París 1905), sobre los bailes que organizaban en varios jardines de Cuernavaca. Decía que el emperador se hacía acompañar por una escolta de húsares austriacos que estaba al mando del Conde de Kevenhüller. Dice Blasio que en una ocasión el Emperador les permitió a los jóvenes de su comitiva mezclarse con las lindas muchachas de Cuernavaca y que a la luz de las antorchas bailaron alegremente hasta el amanecer. Agrega que “…bailaban bailes propios de la costa y de países cálidos”, pero es seguro que en estas fiestas no faltaron las polkas y valses austriacos.
Tal debe haber sido la influencia del Segundo Imperio, que en marzo de 1867 se formó en Jojutla una banda de música que inició con 26 elementos, y que se llamó “Música de Comercio”.
También en las memorias del botánico Wilhelm Knechtel, quien acompañaba a Maximiliano para hacerse cargo de los arreglos de los jardines de “El Olindo”, la casa de veraneo que construyó Maximiliano en Acapantzingo, comenta que en 1866:
“El 7 de junio, el cumpleaños de Su Majestad la emperatriz fue una gran fiesta para los habitantes de Cuernavaca. Antes de la Aurora, una banda de música desfiló al son de los instrumentos por las calles pomposamente adornadas y sonaron las campanas”
Y sigue narrando lo ocurrido al día siguiente:
“En la tarde, cuando el calor del sol ya fue menos intenso, los artesanos desfilaron al son de trompetas y oboes por las calles y enfrente de la casa Borda; frente a ésta presentaron sus fusiles ante la bandera alzada.
Con motivo del festejo, en la Plaza Maximiliano (hoy Jardín Juárez) los acróbatas locales exhibieron sus artes ante el numeroso público. Después de la función hubo un concierto de la banda municipal durante el cual la gente se paseaba por la plaza”.
Al triunfo de la República, en 1869 el maestro Cruz Rayado, fundaría en Cuernavaca la importante banda “Santa Cecilia”, llamada así en honor a esa patrona de la música, pero esa es otra historia que otro día les contaré.

Banda de música tocando en el kiosco de Cuernavaca, fotografía c.a. 1900, Fototeca Valentín López González.

Por: Valentín López G. Aranda / opinion@diariodemorelos.com

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp