En la primera parte de esta colaboración les comentaba que en muchas ciudades del mundo existen túneles secretos que fueron construidos a fin de esconderse o escapar en caso de conflicto. En nuestra ciudad de Cuernavaca existe la posibilidad de que tengamos bajo el suelo ese tipo de obras subterráneas. Asimismo, les comenté que he entrado en algunos túneles, pero se trataban de viejas minas de arena que fueron excavadas para utilizar el material en la construcción de casas, edificios y otras edificaciones.
Continuando con esta historia, les comento que 2009 Don Sergio Estrada Cajigal Barrera, quien en ese entonces era el presidente del Consejo de Cronistas de Cuernavaca, A.C., nos llevó a conocer un túnel que existía en la calle de Galeana. Este túnel lo había conocido Alfonso Sandoval Camuñas, cuando era presidente municipal, pues pretendía hacer de estos subterráneos un atractivo turístico para la ciudad. Don Sergio nos llevó a una casa que tenía una alberca, a un lado de ella había una gran maseta que tuvimos que mover para encontrar una tapa metálica, al abrirla se podía ver una escalera que bajaba a unos 4 metros de profundidad. Previamente nos habíamos equipado con lámparas a fin de poder alumbrar el conducto. Al bajar la escalera nos encontramos con el túnel que habían sido perforado en el tepetate (del náhuatl tepetlatl – tierra dura y resistente), que es una formación de barro compactado, muy común en nuestra ciudad. El túnel tenía unos 2.5 metros en la parte más alta y en las paredes se podían ver los rastros de los picos que elaboraron ese pasadizo. Caminamos por el túnel unos 55 metros al oeste, hasta que llegamos a una sala rectangular de unos 4 metros de alto, la cual estaba llena de basura. Pudimos ver que esa habitación había sido tapada en la parte de arriba, por donde podíamos ver que entraba un poco de luz por unos orificios.
Después de haber pasado
por esa experiencia, busqué en mapas antiguos de la ciudad. Resulta que ahí había existido un antiguo molino (quizás para la fabricación de harina), inclusive la calle de Abasolo fue conocida como “Calle del Molino”. La habitación a la que habíamos entrado era el cárcamo por donde caía el agua que movía una rueda con palas que movía el mecanismo para moler el grano. Inclusive arriba, en un estacionamiento encontramos el lugar en donde se asentaba el eje de dicha rueda. El agua salía hacia la barranca que irrigaba las huertas que estaban entre la calle de Galeana y el actual Boulevard Benito Juárez.
Otro túnel que mucha gente conoce es el que existe en la calle de Salazar, en la casona en donde inició la escuela Cristóbal Colón, muchos exalumnos confirman que existe una salida de túnel debajo de una escalera. En realidad se trata de un antiguo canal de aguas negras, esto lo confirmé con una nota del periódico Diario de Morelos del 24 de julio de 1962, en el año II, en su número 355 que dice: “No Toleran la Peste de Un Caño de Aguas Negras”, y agrega “Se Localiza Nada Menos que junto al Cristóbal Colón” y dice que esto hace insoportable el ambiente de la calle de Salazar y que ninguna autoridad, ni siquiera los directivos del colegio han hecho algo para solucionar el problema, que puede acarrear epidemias de funestas consecuencias. Asimismo, dice que el agua sucia corre a lo largo de la vía y se pide que Salubridad sancione al culpable de la infracción.
Otro punto en donde se dice que existen túneles es en el Jardín Borda, pero la verdad es que no se ha encontrado nada. Mi compañero cronista Heberto González de Matos, quién trabajó por muchos años en ese emblemático lugar, me comentó que en los puntos en donde afirman que hay túneles se han realizaron perforaciones (calas) para confirmarlo, pero no encontraron nada.
Algunas personas llegan a afirmar sin fundamento que los túneles de Cuernavaca son prehispánicos, pues el cronista de la conquista Bernal Díaz del Casetillo señaló en su obra “Historia Verdadera de la Conquista” que cuando entraron a Cuauhnáhuac los pobladores “…volvieron las espaldas y se fueron huyendo a los montes y a otras partes de aquella honda cava,…”. Aseguran que las cavas son cuevas, debido a que no existía el término túnel. Pero las cavas en el pensamiento medieval son las fosas o zanjas con agua alrededor de los castillos, utilizadas como defensa, por lo que los conquistadores vieron a las barrancas como “hondas cavas”.
Por todo lo anterior, mis conclusiones sobre los túneles de Cuernavaca son las siguientes:
1.- No puedo afirmar, pero tampoco negar la existencia de túneles construidos intencionalmente para esconderse o escapar en caso conflicto o para moverse de manera oculta en el Centro Histórico de Cuernavaca. Pero tampoco debemos especular sobre estos, en dónde se encuentran, o cuál es su dirección o profundidad, esto hasta no descubrirlos y entrar a explorarlos y llegar a una conclusión seria.
2.- Los túneles que existen en la ciudad y que hemos explorado, fueron construidos por los siguientes motivos:
a) Desagüe de agua para mover un molino.
b) Desagües de aguas negras para conducirlas hacia las barrancas.
c) Túneles diseñados para transportar agua para consumo humano, industrial o de riego.
d) Minas para extraer arena para la construcción de viviendas, edificios y otros.
Por lo anterior, debemos seguir investigando para salir de la duda.
