Una de las calles más antiguas de Cuernavaca es la calle de Galeana, llamada así en honor al héroe de la independencia, Hermenegildo Galeana. Fue una de las principales calzadas de la antigua Cuauhnahuac, y era la ruta natural de entrada y salida de la ciudad. Era la única avenida que cruzaba la ciudad de norte a sur, como una continuación de la calle de Matamoros.

Llamada actualmente Galeana en honor a don Hermenegildo Galeana (1762-1814), originario de Tecpan, Guerrero, y quien se unió junto a sus sobrinos Antonio y Pablo Galeana al movimiento independentista que encabezaba José María Morelos y Pavón. Galeana participó en la toma de Cuautla y Taxco en 1811, así como en el Sitio de Cuautla. Se dice que era el “varazo izquierdo de Morelos”. Murió en batalla en 1814, en un enfrentamiento contra el ejército realista en Coyuca, Guerrero.

Antiguamente se llamaba Camino a Acapulco o San Francisco, fue una de las vías más concurridas y transitadas desde la época colonial, por ahí pasaron muchos de los navegantes, conquistadores y evangelizadores que se embarcaban en Acapulco para ir a la conquista de Filipinas y otras lejanas tierras. Por esa calle pasaron miles de mercancías rumbo a Sudamérica o que llegaban de oriente transportadas en las célebres y legendarias Naos de la China.

Muchos mesones se encontraban en esta calle como: el Mesón Galeana, el Mesón de las Delicias, el Mesón del Sur y el Mesón más grande que se recuerda, el Mesón Robles (de don Ignacio Robles) en la esquina de Galeana e Hidalgo. Estos mesones proporcionaban a los viajeros descanso y en algunos casos los alimentos y bebidas necesarias para recuperar las energías para continuar con el largo trayecto. En la Plazuela del Zacate, que también se llamo Iturbide y después 2 de mayo de 1812, el viajero podía comprar el zacate o rastrojo necesario para alimentar a sus animales.

La calle de Galeana inicia al norte en donde terminan las calles de Matamoros y No Reelección, justo en la cuchilla en donde se encontraba el Bar Cuernavaca. Al lado oeste del Jardín Juárez, existió un pequeño hotel que se llamó Madrid, que en 1944 fue demolido para dar paso al Cine más bonito que ha tenido nuestra ciudad, el Cine Ocampo, llamado así porque su propietario era el Sr. Leobardo S. Ocampo. Fue construido por el Arquitecto Leopoldo del Portillo y decorado por el catalán Arcadi Artis Gener y por Juan F. Olaguíbel, autor de la Diana Cazadora y del “Morelotes”. Este lugar fue remodelado y reinaugurado como Teatro Ocampo el 21 de septiembre del 2007.

Más adelante, en donde actualmente se encuentra el Palacio de Gobierno se encontraban unas casas con gruesos muros, construidas en el Siglo XVI, a las que llamaban “las casas de Cortés”, durante muchos años fueron parte del Hotel Morelos. En esta construcción destacaba en la esquina que da la Jardín Juárez, un hermoso balcón con hierro forjado. En 1953, este inmueble fue expropiado y derribado para dar paso al Palacio de Gobierno.

En esa misma época, frente a Palacio de Gobierno y en parte de lo que fue el Mesón Robles se construyó el Edificio Benedicto

Ruíz, diseñado y construido por el arquitecto cuernavacense Tino Beltrán. En la esquina sur de este edificio (Hidalgo y Galeana), existió la cantina y abarrotes “La Terminal”, posteriormente estuvo la tradicional tienda de abarrotes “La Madrileña” atendida por su propietario don Alejandro Ocampo y por su hijo Ernesto Ocampo.

En la Esquina de la Plazuela del Zacate con Galeana existió una pulquería que se llamaba “Al pasito, pero llego”, después cambió su nombre y se llamó “El templo del amor”. En esta plaza existió en una época un kiosco en donde se podían comprar flores.

Más adelante en la esquina de Galeana y Abasolo se encuentran ”Las cumbres de Galeana” y sus magníficas fachadas. Se llama así porque en ese lugar existía precisamente una empinada loma que se tenía que vencer, para bajar al otro lado. Con la finalidad de facilitar el paso la loma fue escarbada y se niveló el piso, quedando las entradas de algunas casas en lo alto, por lo que se tuvo que construir escalones o dejar una parte del camino original para que pudieran entrar. En la otra esquina se encuentran unos locales de lo fue por muchos años la cantina “La Suriana”.

Más adelante esa parte de Galeana se llegó a conocer como Calle de la Palma, debido a que existía en ese lugar una frondosa palmera

Por último y para terminar nuestro recorrido por esta calle, llegamos a la iglesia de San Francisco o San Francisquito, que fue una de las primeras iglesias construidas por los primeros frailes franciscanos que llegaron en 1529 a evangelizar nuestro país, como fray Martín de Valencia, considerado el padre de la iglesia mexicana y del que existe en esta iglesia un cuadro fechado en 1740 en el que aparece levitando.

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