El rover Curiosity ha captado un fenómeno inusual en el cielo del planeta rojo. Las imágenes enviadas desde Marte muestran nubes de tonalidades rojizas y verdosas que aparecen tras la puesta del sol. Este fenómeno, conocido como noctilucente o crepuscular, solo es visible cuando el sol ha descendido por debajo del horizonte.
Las nubes marcianas están compuestas principalmente de hielo de dióxido de carbono (CO₂), también llamado hielo seco. Este tipo de nubes puede generar efectos de iridiscencia, dándoles un brillo nacarado. Además, existen nubes bajas, situadas a unos 50 km sobre la superficie del planeta. Estas se forman a partir del deshielo de agua y viajan en dirección opuesta a las nubes de hielo seco.
Desde su llegada a Marte en 2012, el Curiosity ha explorado el cráter Gale, proporcionando valiosa información sobre la geología y el clima del planeta en el pasado. Actualmente, estudia el canal Gediz Vallis, una formación que podría haber sido moldeada por el agua. En su recorrido más reciente, se dirige hacia una región con fracturas en la superficie, visibles desde el espacio con una apariencia similar a telarañas gigantes. Estas estructuras podrían estar relacionadas con antiguos depósitos de agua subterránea, lo que aportaría datos clave sobre la presencia de agua en Marte hace millones de años.
Además, el Curiosity ha analizado el cráter de impacto conocido como Cañón Rústico, en busca de moléculas orgánicas que podrían haber permanecido protegidas de la radiación durante milenios, proporcionando pistas sobre la posibilidad de condiciones propicias para la vida en el pasado.