El año 2023 dejó una marca indeleble con temperaturas récord y ondas de calor intensas no solo en México, sino en diversas partes del mundo. Ahora, en 2024, mientras se acerca el periodo conocido como la canícula, el país se prepara para enfrentar los desafíos climáticos, con especial atención en los estados más afectados y la influencia del fenómeno de La Niña.

La canícula, un término arraigado en la tradición meteorológica mexicana, señala un periodo de verano caracterizado por altas temperaturas y escasas precipitaciones. Aunque en la antigüedad estaba asociado con la aparición de la estrella Sirio junto al sol, en la actualidad se utiliza para referirse a la temporada de sequía intraestival.

Este fenómeno, que suele comenzar semanas después del solsticio de verano, carece de una fecha exacta de inicio y término, ya que su duración está sujeta a diversos factores meteorológicos, y puede ser interrumpido por la presencia de ondas y ciclones tropicales.

En el contexto de la canícula de este año, la llegada del fenómeno de La Niña añade una capa adicional de complejidad al panorama climático. La Niña, parte del ciclo natural-global conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), se caracteriza por el enfriamiento de las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial y puede durar de 9 meses a 3 años.

Según la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), existe una probabilidad considerable de que La Niña se desarrolle durante los meses de junio-agosto en el océano Pacífico, y aún más alta durante julio-septiembre de 2024. Esto tiene implicaciones significativas para el clima en México.

Los estados que suelen sufrir mayores afectaciones durante la canícula son Campeche, Colima, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán, principalmente en el oriente, centro y noreste del país.

Con La Niña en juego, se espera un aumento en las precipitaciones hacia finales de julio y durante agosto y septiembre, lo que podría beneficiar a estas regiones. Sin embargo, se prevé que las zonas costeras del Pacífico, así como los estados del occidente y noroeste, como Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Baja California, continúen experimentando sequías y condiciones climáticas adversas.

En términos de temperatura, se anticipa que el verano de 2024 pueda batir récords en distintas partes del país, especialmente en el norte de México, donde se esperan varias olas de calor intensas. Factores como la inclinación del eje terrestre, los anticiclones y el calentamiento global contribuyen a crear un ambiente incómodo, con temperaturas extremas que pueden poner en riesgo la salud y la vida de las personas.

Ante este escenario, es crucial que las autoridades y la población estén preparadas para enfrentar los desafíos que presenta la canícula y el fenómeno de La Niña, adoptando medidas de prevención y adaptación para mitigar sus impactos en la salud, la agricultura y el medio ambiente.

 

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