Atlatlahucan.- Conoce Morelos, viajó al hermoso pueblo de Atlatlahucan, una comunidad llena de lindas tradiciones e historia, muy bien trazado, ordenado, limpio y homogéneo, la gente es muy amable, cálida y honesta, en esta visita conocimos, el Ex Convento de San Mateo Apóstol 

También recorrimos el bonito museo histórico y natural CALMECAC, viajamos a la antigua estación del Ferrocarril, enclavado en pleno bosque de Atlatlahucan, luego al otro extremo del pueblo llegamos a otro sitio denominado la cuevita lugar muy especial para los nativos de esta comunidad y finalmente comimos muy rico en el agradable restaurante el “Sagitario”. 

Atlatlahucan originalmente era “Atlatalukan” en la lengua náhuatl significa “Atla”, agua, “Tlatlau-ki”, color rojo, ocre o bermejo y “Kan”, lugar, por lo que significa, “Lugar donde hay agua rojiza”, la cual se almacenaba en un jagüey en tiempo de lluvias., Este enigmático lugar es uno de los pueblos más bonitos y genuinos que tiene el estado de Morelos, su belleza es total. 

El bonito municipio de Atlatlahucan está a una altura de 1,656 metros sobre el nivel del mar y limita al norte con el Estado de México y Totolapan, al sur con Cuautla, al este con Yecapixtla y al oeste con Tlayacapan y Yautepec. 

Uno de los principales monumentos históricos del municipio de Atlatlahucan y atracción fundamental, es el Ex Convento de San Mateo Apóstol, construido en el siglo XVI, por la orden de los Agustinos, esta construcción, fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO y forma parte de la ruta de los conventos. 

El pasado 15 de agosto se celebró la fiesta, del “Cristo Aparecido” y entre celebraciones eclesiásticas, cohetes, castillo y comida tradicional artesanal se vivió con mucho fervor una de las más bonitas celebraciones importantes del pueblo de Atlatlahucan. 

En la celebración del Cristo negro Aparecido, los habitantes del municipio acostumbran a ir al lugar llamado “La Cuevita”, donde año con año, los nativos y jóvenes se visten de moros, pastoras y vaqueros. 

También en los carnavales de Atlatlahucan las danzas más comunes son las marotas o negras y la cuadrilla de los Tatais, asimismo, existen otras danzas, la de los Vaqueros, Moros y Pastoras, las cuales se incluyen en las fiestas religiosas, en la celebración del Cristo Aparecido. 

Por otra parte, pocos saben que Atlatlahucan fue y es la original cuna del Chínelo, la música de la original danza del Chínelo se creó en este municipio de Atlatlahucan. 

La principal comida típica es el guasmole, preparado con salsa de jitomate y guajes, sumamente delicioso, también uno de los platillos originarios de Atlatlahucan son los tlatoyos de frijol molido crudo y hervido. 

Cuenta la bonita historia que el tlatoyo, fue creado posterior a la revolución, cuando la hambruna azoto la región, fue entonces cuando las mujeres, tuvieron la brillante idea de moler las semillas que tenían a la mano y estas fueron el maíz y el frijol y así fue como crearon en Atlatlahucan el famoso “Tlatoyo”. 

Entre su basta gastronomía también tienen las gorditas de manteca, las chalupas, los tlaxcales con elote recio, el mole rojo de guajolote, el mole verde de pepita (pipián) y todos ellos se sirven principalmente en fiestas, acompañados de tortillas de maíz elaboradas a mano. 

El Museo histórico y natural CALMECAC, en su interior alberga toda la historia de forma gráfica del pueblo de Atlatlahucan, desde sus inicios hasta tiempos presentes, también contienen en una de sus salas, trajes de danzantes típicos de la región, así como una colección de animales disecados con nombres, que existen y otros ya extintos en el bosque de Atlatlahucan, así como también la foto de la primer mujer presidenta municipal a nivel nacional que fungió en este cargo de nombre, Gloria Peña Benítez. 

Enclavada en el bosque de Atlatlahucan encontramos la antigua estación del ferrocarril nacional, que en tiempos pasados trasladara oro, armas, ganado, materiales diversos, varias semillas y demás elementos. En este espacio hoy deshabitado y solo rodeado por parcelas, se respira mucha tranquilidad. 

Al estar parado en esta antigua estación del ferrocarril, te salta a la mente recuerdos de lo que fue este lugar, donde enormes locomotoras propulsadas a carbón, rugían fuerte y entonces todo retumbaba cuando los vagones con cientos de toneladas cruzaban por la frontera del Atlatlahucan. 

Hoy sobre el suelo resaltan entre la tierra vestigios de madera vieja, los durmientes, que quedaron enterrados y que fungen como testigos de lo que fue la vía del tren a lo lejos se miran tranquilos unos finos caballos comiendo yerba en la montaña. 

Así también apreciamos la fauna y flora, constituida principalmente por bosque de pino, eucalipto, aguacates, durazno y encino, en la fauna, el venado de cola blanca, mapache, zorrillos, ardillas, ratón de los volcanes, puma o león americano, codorniz Moctezuma, gallinita del monte. 

La zona está rodeada por un amplio sistema montañoso y la forma típica es de valles y llanuras, con algunos lomeríos. 

Finalmente, y antes de dejar atrás el bellísimo municipio de Atlatlahucan, degustamos en el restaurante “Sagitario” un delicioso corte de costilla de res, sopa azteca y un rico jugo de naranja natural, de postre un café con pastel. 

En este lugar sirven desayunos, comidas y cenas, a la carta todo preparado con productos frescos y típicos de la región, la dirección es en el centro de Atlatlahucan, en calle Insurgentes No. 5, Informes al Tel. 735 119 4153. 

¡Visita y disfruta el lindo pueblo de Atlatlahucan, no te arrepentirás! 

Por Luis Flores

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