En México tenemos una gran riqueza gastronómica, y el amor por la comida no es algo nuevo, desde la época prehispánica se sentía adoración por los alimentos, es por eso que te mostramos alimentos ricos en propiedades que consumían nuestros antepasados.
Chía: Era usado como ofrenda a los dioses o como aceite de esencias y propiedades curativas. Tiene altas cantidades de proteína, fibra y calcio.
Chaya: Este árbol era básico en la cultura gastronómica maya y es oriundo de Yucatán. Sus hojas son ricas en sales de hierro, calcio, vitamina “A” y vitamina “C”.
Insectos: México alberga 549 de las casi 1,900 especies de insectos catalogadas como comestibles en el mundo. Escamoles, chapulines, jumiles, chicatanas, chinicuiles, etc. Las variedades de insectos comestibles en este país son muchísimas y una ración de 100 gramos de estos insectos contiene hasta 80 gramos de proteínas.
Amaranto: Este ingrediente principalmente se usa para dulces típicos mexicanos, y se consumía por su aporte de proteínas y nutrientes, si se combina con miel, resulta un alimento exquisito.
Aguacate: También conocido como palta, la palabra proviene del náhuatl, rico en ácido fólico, reducen el colesterol y son buenos para el corazón.
Cacao: Este alimento fue apreciado por los mayas, toltecas y mexicas, para quienes era extremadamente valioso y era incorporado a sus rituales.
Jitomate: Esta palabra proviene de xictli que significa “ombligo” y tómatle que es “tomate”. Cuando este alimento apenas estaba llegando a Europa, en América ya lo agregábamos a nuestra dieta.
Chile: Su nombre proviene del vocablo chilli, se dice que fue un ergalo de la diosa Tlatlauqui. Bien dicen que si no comes chile, no eres mexicano, porque sin él, la comida no sabría igual.
Cacahuate: Su nombre proviene del tlalli que significa “tierra” y cacáhuatl que significa “grano”. Este es un alimento que comúnmente lo comemos como botana.
Chocolate: Un deleite para el paladar de la mayoría de nosotros, uno de los mejores aportes a la gastronomía mexicana. Nuestros antepasados lo consumían como una bebida espumosa, la cual no faltaba después de la comida o en una ceremonia.