El autor Isaías Alanís Trujillo en su libro cita: “Jiutepec es una entidad con orígenes prehispánicos y españoles, su mestizaje maridó una serie de tradiciones que se conjugaron” (termina la cita). Sin embargo, esta serie de tradiciones está en proceso de desintegración.
Pero afortunadamente este universo de tradiciones integrado por costumbres, creencias, celebraciones, patrimonios, pertenencias, intereses y memorias, lo vivió Isaías durante su niñez, adolescencia y juventud, y gracias a su capacidad de asombro y retención, a su inteligencia y sensibilidad, a su conciencia histórica y ancestral, a su amor a la familia y al terruño, todo este universo de tradiciones, cultura, religión, comercio y valores humanos quedó archivado en su mente.
A Isaías le tocó vivir en familia y en comunidad ese universo terrenal que tuvo como escenario el municipio de Jiutepec. Antes de que esa serie de tradiciones, historias y crónicas desparezca, Isaías lo rescató para preservarlo en este libro dedicado a su padre, a su pueblo y a sus ancestros.
Con la vocación de periodista que Dios le dio, Isaías recopiló sus experiencias, vivencias y testimonios grabados en su mente, y con esa habilidad que tiene para escribir se puso a teclear en la computadora todos los episodios de su vida, hasta que logró terminar con rigor metodológico este libro, hecho con esa pulcritud que Isaías tiene para escribir, por ser un habilidoso lector, escudriñador, observador detallista y descriptivo, apasionado narrador. Hizo una compilación como un informante azteca de los que dieron a conocer a Sahagún la vida de sus ancestros y de igual forma nos proporciona información de antaño sobre el tejido social de Jiutepec, que nos hace recordar y revivir ese universo de tradiciones apegadas a fervorosos seres humanos; por eso se dice que las tradiciones son el “Alma de los Pueblos”.
En otra cita Isaías hace esta evocación: “El mundo durante el día se convertía en un trompo, dependiendo si era su tiempo, porque había tiempo de canicas y yoyos, tiempo de guayabas y magos, tiempo de las crecidas de la barranca y tiempo de ir a la escuela; tiempo de las resorteras y ligazos; tiempo de ferias y el sonido del tiempo que pujaba dentro de un cuerno viejo colgado en la cocina. El mejor tiempo era el del domingo para ver a las chulas del pueblo encaminarse a la iglesia. Había muchos tiempos que ahora ya no existen” (termina la cita).
Sin embargo, esos tiempos quedaron guardados en el cerebro de Isaías y con la lectura de su libro los recodaremos.
En otros renglones Isaías cita el final de ese “País de Maravillas”: “Lo que no nos debe impresionar es que todo esto se acabó, la instalación de fábricas terminó con el idílico Jiutepec, al que le cantaron diversos trovadores y una muestra de que el desarrollo destruye lo que toca, es patente en el Jiutepec de los recuerdos” (termina la cita). Si embargo, estos recuerdos pueden revivirse en el libro de Isaías. En otra página Isaías con nostalgia cita: “La raíz simbólica de un pueblo que ha
perdido su identidad cultural, a pesar del impacto no cuantificado de la industrialización que destruyó para siempre la biodiversidad de Jiutepec y acabó con el mundo idílico cantado y explorado por Isaías Alanís Tapia” (termina la cita). Afortunadamente en el libro de Isaías se encuentra plasmada esa identidad perdida.
Isaías es una celebridad de la música y la literatura porque posee virtudes y cualidades de excelencia que lo distinguen por su don de la palabra, su lúcido intelecto, su riqueza de conocimientos y su privilegiada narrativa. Amante de la naturaleza que lo nutre de inspiración; avistador de aves; catador de frutos; degustador de comidas tradicionales; posee una memoria magnética que recuerda nombres de personas, personajes, familias y parentelas. Y señala nombres de calles, comercios y cerros.
Isaías pertenece a una familia con sólido arraigo en Jiutepec. La familia Alanís está muy vinculada a la historia de su pueblo. Isaías lleva en las venas el arte de la música, actividad por la que es más conocido. Corridista, cantautor, investigador de música tradicional y colega de “Los Señores del Gusto”.
Famoso exponente de la trova mexicana que ha difundido en sus presentaciones por todo el estado de Morelos y en otras entidades. Su obra musical y poética es vasta y diversa. Isaías es un hombre honorable, íntegro y honesto; notable jiutepequense de pura cepa.
Su libro es muy valioso por su extenso contenido en datos de diversos temas que servirán de consulta; trata de épocas y sucesos, de tragedias y ferias, de guitarristas, cantores y melodías, de huertas y caudales de agua, de plantas, flores y fauna, de la intimidad de los hogares, de gente que fue testigo del devenir de los tiempos; dos capítulos están dedicados a sus progenitores: don
Isaías y doña Carmen Trujillo Robles, toda una enciclopedia; hace referencia a los dos monumentos coloniales más importantes de Jiutepec: La hacienda de Atlacomulco y el convento franciscano de Santiago. Menciona las circunstancias en que se vieron involucrados y afectados los jiutepequenses en la guerra revolucionaria.
Isaías tuvo un padre ilustre que poseyó una brillante cultura asimilada de manera autodidacta; el hijo en este libro se convirtió en su biógrafo, y se dio a la tarea de clasificar todas sus composiciones, tanto las conocidas cono las inéditas.
Un personaje fundamental en la familia de Isaías fue su abuela doña Vicenta, ejemplar ama de casa de oficio comerciante, quien se interesó en culturizar a su descendencia; cuando regresaba de sus viajes de trabajo siempre traía ejemplares de lectura. Otro familiar que influyó con sus enseñanzas en la vida de Isaías, fue su tío Felipe, hermano de su padre.
Lilia y Cheny Alanís Trujillo enriquecieron este libro con sus crónicas que incluyó su hermano en el apéndice.
Este libro se convertirá en una obra clásica de la historia, la crónica, la narrativa, la poética y la literatura. Es un libro que todo amante de la cultura debe leer; consta de 480 páginas divididas en 11 capítulos y el apéndice. Sus fuentes de consulta provienen de archivos fotográficos, documentos, manuscritos, partituras, entrevistas del autor, testimonios orales de la familia Alanís y de la bibliografía. El editor es Emiliano Alanís Manzano.
Los grabados son de Alejandro Aranda. La portada de Leonel Maciel. La corrección y revisión de Rocato. El libro contó con el respaldo de Rafael Reyes Reyes, alcalde de Jiutepec, quien escribió la presentación del libro. Recomiendo lo adquieran antes de que se agote.
A mi amigo Isaías lo felicito por haber creado este libro tan bien hecho y es un honor para mí que me eligiera para comentar su contenido en su presentación en Semilla Turquesa.
