La clonación de mascotas ha dejado de ser un concepto de ciencia ficción para convertirse en una realidad al alcance aunque costosa de quienes desean prolongar el vínculo con un animal querido. Desde la primera oveja clonada, Dolly, en 1996, los avances en biotecnología han permitido replicar genéticamente a perros y gatos, generando un creciente debate ético, científico y emocional.
¿Cómo funciona la clonación?
El proceso consiste en extraer material genético de la mascota original, generalmente a partir de una muestra de piel, y transferirlo a un óvulo al que previamente se le ha retirado su núcleo. Luego, este óvulo es implantado en una madre sustituta, que lleva adelante la gestación.
Empresas como Viagen Pets en Estados Unidos, y Sinogene en China, lideran el mercado global de clonación de mascotas. El procedimiento puede costar entre 50,000 y 100,000 dólares dependiendo de la especie.
¿Es realmente el mismo animal?
A nivel genético, sí. Sin embargo, los expertos advierten que un clon no reproduce la personalidad, experiencias ni recuerdos del animal original. El entorno, la crianza y las vivencias moldean al individuo, por lo que el nuevo animal puede comportarse de forma muy distinta al original.
Casos conocidos
La cantante Barbra Streisand clonó a su perra Samantha en 2018, obteniendo dos cachorras genéticamente idénticas. En China, el primer gato clonado, llamado Garlic, nació en 2019 y abrió la puerta a un nuevo nicho de mercado en Asia.
Polémicas y preguntas éticas
Organizaciones de protección animal y parte de la comunidad científica critican la clonación por varias razones:
• Problemas de salud en clones y madres sustitutas.
• Pérdida de diversidad genética.
• Promoción de una cultura consumista de la vida animal.
• Desatención de animales en adopción, muchos de los cuales mueren sin hogar.
Según PETA, “la clonación animal causa sufrimiento innecesario y perpetúa la idea de que los animales son productos reemplazables”.
¿El futuro de la clonación?
A pesar de las críticas, el negocio sigue en expansión. En 2023, más de mil mascotas fueron clonadas solo en China, y el mercado global se estima que supere los 2 mil millones de dólares en la próxima década. Con tecnologías como la edición genética CRISPR y el aumento de bancos de células, es posible que en un futuro cercano la clonación sea más accesible y aún más sofisticada.
Un dilema entre la ciencia y el afecto
Clonar una mascota puede parecer un gesto de amor eterno, pero también abre la puerta a preguntas profundas sobre la naturaleza de la vida, la muerte y la individualidad.