La historia de Richard Pérez Cuzcano, un chef peruano que trabajaba desde hace diez años en el prestigioso hotel Marriott Miraflores de Lima, ha conmovido a miles en redes sociales. Tras preparar una cena para el ícono del rock Axl Rose —vocalista de Guns N’ Roses— el chef aprovechó para tomarse una fotografía con su admirado músico: un momento que pensó sería un logro personal, pero que terminó costándole su puesto.
Según relató en sus redes sociales, tras la publicación de la foto, la administración del hotel lo llamó y le comunicó su despido inmediato, argumentando una normativa interna que prohíbe a los empleados solicitar fotografías o interactuar con los huéspedes fuera de su rol laboral. “Perdí mi trabajo de 10 años, pero gané el sueño de toda mi vida… ¿Que si valió la pena? Lo valió, y lo seguirá valiendo hasta mis últimos días”, expresó el chef en una publicación que se volvió viral.
La banda se encontraba de visita en Lima para un concierto, y tras disfrutar de su comida, Axl Rose accedió amigablemente a posar con Pérez Cuzcano. La foto, lejos de ser un simple recuerdo, se convirtió en el detonante de una polémica laboral que dividió opiniones entre admiración por el gesto y cuestionamientos sobre la rigidez de las normas del hotel.
En redes sociales, la comunidad ha reaccionado con una mezcla de apoyo al chef y críticas a la empresa. Muchos usuarios consideraron el despido como una medida excesiva frente a un momento humano y espontáneo, mientras otros señalaron que el incumplimiento de políticas internas debía tener consecuencias.
Este caso abre un debate más amplio sobre la línea entre la profesionalidad, los vínculos humanos y la cultura de los fans: ¿Hasta dónde puede ir un gesto personal antes de chocar con las reglas institucionales?
