Más allá del fenómeno religioso de la aparición de la Virgen sobre la tela, hay una serie de milagros que no tienen explicación científica a casi 5 siglos del suceso.
ROSTRO
De semblante dulce, fresco y amable, su moreno rostro deja evidencias de una actitud de profunda oración y reverencia. Además, se puede observar reflejada en el una gran fortaleza, característica de su condición de madre.
PUPILAS
En las pupilas de ambos ojos se puede apreciar el reflejo de una misma imagen, la escena en la que Juan Diego enseñaba el manto con la misteriosa imagen al Obispo Fray Juan de Zumárraga y otros presentes en la estancia.
LOS RAYOS
La figura de la Virgen se encuentra rodeada por un aura conformada por intensos rayos dorados.
LA LUNA
Símbolo de la fecundidad y vida, hace referencia a la fase lunar el día de la aparición. En náhuatl, metz-xi-co significa ‘en el centro de la luna’ .
EL ÁNGEL
Tiene las alas asimétricas parecidas a las de un águila, y los colores parecidos al ave mexicana tzinitzcan, el cual Juan Diego escuchó cantar la prinera vez que se le presentó la Virgen morena.
LAS ROSAS
Las rosas no son nativas de México y tampoco proliferan en la aridez del territorio. De ahí, parte del milagro de la Virgen.
EL MISTERIO
La temperatura de la fibra de maguey de la tilma es de 36.6 grados, como la del cuerpo humano. La ciencia no ha descubierto el origen de la imagen, no hay rastros de pintura, ni se detectan de pinceladas. También a tan solo 10 centímetros, sólo se ve la tela de maguey en crudo y los colores desaparecen. Con un láser, se ha detectado que la coloración no está ni en el anverso ni en el reverso, sino que los colores flotan a una distancia de 3 décimas de milímetro sobre el tejido, sin tocarlo, es decir, los colores flotan en el aire, sobre la superficie de la tilma.
EL MANTO
Actualmente se encuentra dentro de la Basílica de Guadalupe protegida por un cristal.
