*Este artículo lo había leído en “las redes”, pero ahora me lo mandó Ovidio Noval Nicolan con su breve reflexión, lo releí, lo reflexione, medité y decidí compartirlo… Dice Ovidio… No sé quién es el Autor de este escrito, pero “me pongo el saco, porque me queda perfecto”... “La Hora de Desaprender”…. Las personas maduras de ahora hemos llegado a una edad maravillosa en la que emprendemos el camino del desaprendizaje… Fuimos educados con la creencia de que debíamos ser los mejores en todo… Mejores estudiantes, mejores cónyuges, mejores profesionales, mejores padres… Fuimos educados con la creencia de que todo era pecado... Ha llegado la hora del desaprendizaje; ha llegado la hora de decir no en muchas ocasiones; de mandar al diablo los “compromisos” y las “obligaciones”… Pasó la hora de las responsabilidades desvelantes… Ahora nos gusta estar solos, así como también disfrutar de una buena conversación con gente que no nos insulta y que cree lo mismo que nosotros o que no le importa que opinemos diferente… Es la hora de hablar de todo sin necesidad de sostenerlo como medio de defensa… Es hora de ver películas, leer, escribir, escuchar, sonreír, gozar… Ya demostramos que las responsabilidades fueron bien atendidas por nosotros, que hicimos lo mejor posible; que dejamos huella, que somos buenas personas, que lo que nos quede de vida sea para nosotros, para disfrutar para cumplir el mandamiento divino de amarnos a nosotros mismos… Por eso vamos a hacer lo que nos dé la gana, viajar al máximo, tomar café con amigos, y amigas y decidir si conversar o no, con quienes nos encontremos… Ya pasó la época de los roles; lo que fuimos, fuimos; ahora somos para nosotros mismos sin tener que rendir cuentas a nadie; los demás seguirán su camino de responsabilidades y afanes; de preocupaciones y nerviosismos; ahora ya estamos por encima del bien y del mal; vámonos a museos, conferencias y si no nos gustan nos salimos sin que nos importe; redescubramos al Quijote, a Neruda, Aristóteles, Renoir, Benedetti, y muchos más… Ahora asistimos con mayor frecuencia a entierros y ahí nos daremos cuenta que se aproxima el nuestro… Estamos preparados, pues al fin y al cabo vivir es mortal… La vida es para nosotros una profunda experiencia interior, lejos de mitos, ritos, limosnas y pecados sin fin… Es la hora de empezar a relajarnos y de conversar largas horas con uno mismo, quien es el único que permanece siempre, ahora y después de que abandonemos la nave del cuerpo… Nos rodean pocos Seres a quienes amamos profundamente pero que seguirán viviendo sus propias experiencias, estemos nosotros o no… Mandemos a donde sabemos, a la gente que nos molesta, la tóxica, y para que quienes nos buscan sin egoísmos, encuentren una sonrisa, una mirada tierna y comprensiva; un consejo acertado o no, y nuestro afecto… Somos ahora sí, libres de ataduras, de prejuicios, de creencias; somos libres si no le tememos ni a la vida ni a la muerte; más vale perder el tiempo con los amigos, que perder a los amigos con el tiempo...¡Disfrutemos de este tiempo de nuestra hermosa vida! “No sé quién es el autor de este escrito dice Ovidio Noval, pero me pongo el saco, porque me queda perfecto… Y ahora como corolario de mi parte:
MI VIDA
Autor: Pablo Rubén Villalobos.
¡Ya llegué a los *setenta años..!
¡Gracias a Dios, sin medida..!
¡Por todo lo del antaño,
hoy quiero vivir mi vida!
¡Quiero gozar de verdad,
del antaño y del hogaño,
mi vida con libertad
sin causar a nadie daño!
Toda la vida entregué,
-en *setenta años de vida-,
a los muchos que forjé
a lo largo de mi vida.
A ustedes, a quienes di,
poco o mucho, sin medida,
ayúdenme ahora a vivir
esta parte de mi vida.
Hoy sólo puedo decir:
¡Qué satisfacción fue dar..!
¡Ahora quiero recibir..!
¡Es ya la etapa final!
¡No hay egoísmo, ni engaños..!
Y disculpen, que decida,
tras **siete decenas de años…
¡Que ahora empieza mi vida!
Se puede decir:
* Cuarenta, cincuenta, sesenta, ochenta, noventa…años.
** Cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve… decenas.
¡Hasta mañana que será
un día más..!
Por: Pablo Rubén Villalobos