Tras más de 30 siglos de historia con civilizaciones en el hoy llamado territorio nacional, por primera vez una mujer tiene la oportunidad de demostrar para la posteridad, si de veras el sexo femenino sin el complejo de la xenofobia llamada misandria, que es exactamente lo contrario de la misoginia, tiene, puede y si es posible debe demostrar que están capacitadas para ejercer el poder en el marco de lo legal, el derecho, la justicia, el honor, la honra, honestidad, honradez y respeto; una autoridad ganada a pulso sin autoritarismos y alejadas de los hechos criminales del robo, las persecuciones, vendettas o venganzas y el mayor cáncer que ha tenido este país a lo largo de los siglos, la corrupción… Claudia Sheinbaum tiene esta oportunidad si es que sabe todo eso y mucho más para presidir el poder, a través del gobierno que democráticamente ganó como consecuencia de la manipulación ejercida por el maniobrerismo de la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador, en el marco de sus perversidades y vilezas… Vayamos a la historia… Cuando he expresado que son más de 3 mil años sin mujeres en el poder, es porque me remonto a los tiempos de las naciones indígenas que se asentaron, crecieron y dejaron vestigios de su desarrollo y cultura a lo largo y ancho del país según dicen los que saben, por las 52 etnias más significadas de que se tiene registro y memoria, entre ellas y muchas más se significan y destacan los olmecas, toltecas, totonacos, purépechas que no tarascos, coras, huicholes, mayos, cocas, rarámuris que no tarahumaras, zapotecos, mixtecos, tecpanecas, mayas, tlaxcaltecas, chalcas, xochimilcas, cholultecas, quiches y aztecas, que son la última etnia que se instaló con gran poder y vestigios en el gran lago que convirtieron en un emporio de poder, explotación y sometimiento frente a todos los pueblos cercanos que lograron someter… Son éstas, no sólo algunas etnias sino naciones que alcanzaron esplendor por su desarrollo, economía, dominio y cultura a lo largo de centurias en lo que hoy conocemos como nuestro país, la República Mexicana… En ninguna de esas naciones hoy plenamente identificadas como grandes ciudades y poblaciones, hubo ninguna mujer gobernante ni en el poder o en el mando pues siempre fueron los hombres quienes estuvieron al frente de esas responsabilidades y decisiones… Llegados los tiempos del descubrimiento de América luego la Conquista y ninguna mujer estuvo ni participó en esas penosas y peligrosas acciones en las que sólo participaron hombres intrépidos que bajo su valor, la espada, el arcabuz, los cañones, el caballo, las armaduras, las sotanas y la cruz de los misioneros evangelizadores, lograron establecerse y apoltronarse abatiendo todo lo que se les oponía y los conquistadores, manejaron con habilidad las argucias frente a los conquistados para hacerse del poder… Tampoco en esta etapa participó mujer alguna en las luchas a cual más sangrientas ni en las tomas de decisiones para entronizarse salvo el caso de la mujer sustraída del rumbo de los mayas llamada Malinalli o Doña Marina mejor conocida como Malinche, mujer de habilidades e inteligencia que como atributos junto con los físicos le permitieron convertirse en un atractivo para el conquistador Hernán Cortés y uno de sus subalternos de nombre Juan Jaramillo quien casó con ella por órdenes de Cortés, pese a lo cual no ejerció poder gubernamental alguno… Durante los tiempos de la Colonia la circunstancia fue por igual para el sexo femenino, pues gubernamentalmente no tuvieron ninguna importancia, trascendencia o participación las mujeres que sólo cumplieron como esposas de los virreyes al igual que las de los potentados y todopoderosos, muchos de ellos grandes aventureros que forjaron fortunas gracias a sus habilidades, valor y también por la explotación humana, el latrocinio, el cohecho y la corrupción compartida principalmente entre los representantes virreinales junto con muchos de los mencionados como sus cómplices y secuaces al amparo de la distancia, descuido, omisiones y sobajamientos de la Corona de España cuyos omnipotentes en aquel reino, sólo esperaban y ansiaban que les llegaran las riquezas que les eran enviadas desde las tierras de la Nueva España, la Nueva Galicia, la Nueva Vizcarra, la Nueva Santander y otras regiones de este territorio… Reitero, que en todo ello nada tuvieron que ver las féminas, más allá de los “secretos de alcoba” junto con el lucimiento de fastuosos vestuarios, joyas, palacios y palacetes… Continuará. ¡Hasta mañana que será un día más!
Carta abierta: Manda y grita la primera mujer en nuestra historia (primera parte)
