La construcción del Monumento a la Libertad de Expresión se inició en febrero de 1999, una vez que el arquitecto Eduardo Fernández Ledezma tenía el proyecto listo que nos presentó y aprobamos el ingeniero César Villegas Rivero, el licenciado Benito García Barba y este Escribano, para que de inmediato iniciaran las obras en la Glorieta de la Avenida Teopanzolco esquina con la Calle Amacuzac, de la Colonia Vista Hermosa en Cuernavaca… Para ello, repito que nunca supe de dónde, pero el Funcionario dispuso del dinero suficiente de los 338 mil pesos calculados, cuyo 50% se perdieron luego de ser entregados por el Gobierno del Estado a Estrada, el entonces alcalde de Cuernavaca… El caso es que el Secretario de Obras Públicas emprendió la edificación del Monumento que desde luego, no transitó con la velocidad que nosotros esperábamos, ya que en el curso de los meses de marzo y abril de ese año, el Funcionario fue relevado por Noé Sánchez Cruz, quien siempre amable y atento atendía y entendía nuestros reclamos y preocupaciones, a fin de que este Monumento a la Libertad de Expresión estuviese listo para la Ceremonia del 7 de junio… Por nuestra parte, a través del ingeniero César Villegas Rivero nos dimos a la tarea de localizar al maestro orfebre y herrero don Jorge Bettoretti, quien con gran sapiencia fabricó las cuatro primeras placas de bronce para los 169 nombres de periodistas extintos inscritos, mismas que quedaron listas con gran dignidad y belleza, para ser ancladas en los nichos del Monumento… En el curso de la segunda decena de mayo de 1999, urgimos la presencia del secretario de Obras Públicas Noé Sánchez, para revisar los avances de lo que aún era obra negra por el Monumento… Comprometió que quedaría listo antes del día 20 de mayo, lo cual cumplió, incluso con las cuatro placas instaladas en los nichos, pero faltaban algunos detalles, como lo eran la leyenda “Monumento a la Libertad de Expresión” y la Flama que ahora destaca en la Columna Mayor de este Monumento… De inmediato, el funcionario comprometió que mandaría un rotulista, lo cual le fue rechazado categóricamente por los saberes del ingeniero César Villegas, quien le aclaró y recordó que ese espacio de Honor no era ningún tendajón ni miscelánea, sino un Monumento que con toda dignidad merecía la inscripción de esa frase, en letras metálicas doradas… Apenado Sánchez Cruz, reconoció su error y comprometió la elaboración de las letras que hoy dignamente destacan en la Columna Mayor del Monumento y se retiró apenado… El Secretario Noé Sánchez, cumplió todo lo comprometido, salvo un error del fabricante de la flama que luce el Monumento, ya que la primera escultura instalada en la misma columna, semejaba la figura de un chile serrano o cuaresmeño, por lo cual dialogamos con él bromeamos en forma alburera y le exigí reposición para que tal flama fuera verdadera, misma que es la que está instalada en este lugar de Homenaje… ¡Con todo ello cumplido, sólo faltaba un detalle: La pintura blanca del Monumento a la Libertad de Expresión..! Continuará. ¡Hasta mañana que será un día más..!

Por Pablo Rubén Villalobos / pablorubenvillalobosh@hotmail.com

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