Décadas atrás los productores fabricaban bienes solo cuando las personas los demandaban, teniendo en cuenta sus intereses particulares al momento de diseñarlos. Sin embargo, en los últimos años este mecanismo ha cambiado radicalmente. 

En la actualidad existe una industria cultural del consumo. Las grandes marcas son las creadoras de las necesidades en las personas. Ya no se inventa un producto que satisfaga al consumidor, se moldea un consumidor que adquiera los bienes fabricados por las marcas. 

En este contexto, hay millones de empresas que estimulan las ventas haciendo uso de diversos medios publicitarios. Los empresarios tienen claro que las personas no tienen un poder de compra suficiente como para adquirir todos los bienes ofrecidos. Por lo tanto, deben influir en sus decisiones de compra para atraer el dinero disponible que solo se puede destinarse a algunos productos seleccionados. 

Las empresas luchan en el mercado para captar la atención de los potenciales consumidores. Y esto solo puede lograrse de forma eficiente mediante una buena estrategia de branding

¿Qué es el branding?

El branding es un proceso de construcción de una marca, y que debe llevarse a cabo por toda empresa que quiera consolidarse. Pensar que es un trabajo exclusivo de las grandes corporaciones es un error frecuente, lo cual condena a muchas empresas al olvido. 

Como toda estrategia, es muy común no ver resultados inmediatos. Esto suele desalentar a las pequeñas organizaciones que quieren ver toda inversión reflejada en sus balances a corto plazo. Sin embargo, el branding es imprescindible para asegurar el crecimiento sostenible del negocio y experimentar mejorías a largo plazo. 

¿Cuál es el objetivo del branding?

Este trabajo de gestión global de la marca tiene como objetivo principal aumentar la cantidad de ventas concretadas. Para ello, busca instalar la empresa en el mercado y generar una identificación del consumidor con la marca para. 

Esta relación con los potenciales compradores se realiza ingresando en la mente de los consumidores. A través de activos tangibles e intangibles vinculados de manera directa o indirecta a la marca, los empresarios logran que ésta aumente su valor simbólico. Aunque la calidad de los bienes ofrecidos por las empresas sea generalmente similar, los consumidores siempre se sentirán más identificados con un producto que con el otro por su marca. 

Para que los posibles compradores visualicen los productos o servicios ofrecidos, una buena estrategia tiene que basarse en un plan diseñado previamente. Esta debe ser creíble, generar confianza, resaltar los valores de la marca y fortalecer la identidad de los bienes ofrecidos. Hay que resaltar que, para poder conquistar a los consumidores, las organizaciones deben diferenciarse definiendo características de su marca para hacerla distintiva. 

¿Qué tipos de brand management existen?

Si bien el branding corporativo es el más conocido debido a que está enfocado a la esfera empresarial, no es el único. Actualmente existen dos tipos más de branding, que pueden desarrollarse de manera complementaria. Estos son el personal branding y el employer branding. 

¿Qué es el personal branding? 

Los potenciales consumidores no sólo averiguan características sobre los productos que pretenden consumir, sino que además se informan sobre la empresa y quien la lidera. Por eso es importante generar una proyección de imagen positiva como fundador de una compañía.

El personal branding es el proceso de creación de una marca personal sólida que, bien ejecutado, tiene el potencial de posicionar al sujeto como líder en el área que se desarrolla. Hay diversas estrategias para crear una marca de este tipo. Las más fáciles para quienes están comenzando desde cero son: la escritura de una biografía atractiva en redes, la optimización del perfil de LinkedIn y la asistencia a eventos para crear una red de contactos. 

¿Qué es el employer branding?

El éxito de una organización radica en que esta cuente con empleados capacitados que ejecuten sus tareas de manera apropiada. Por este motivo todas las empresas quieren contratar a los mejores trabajadores, captar profesionales y retener talento. Con ese fin, deben proyectar una buena reputación como empleadores. 

El employer branding es la construcción de la imagen del empleador que está a la cabeza del negocio. Este proceso tiene un doble objetivo. Por un lado, captar trabajadores, optimizar la contratación y disminuir su costo. Por otro lado, fidelizar a los empleados para disminuir la tasa de rotación. 

En la era digital los candidatos tienen acceso a mucha información sobre la empresa antes de acudir a la primera entrevista. Por esa razón, la herramienta principal de la marca empleadora es la creación de perfiles en redes sociales. Allí deberá proyectar una imagen de responsabilidad, honestidad y transparencia. 

En las redes también debe darse visibilidad a las acciones donde se refleje el buen trato hacia los equipos de trabajo y la promoción de condiciones laborales superiores a la media ofrecida por el mercado. Esto se puede ver claramente en las publicaciones sobre el entorno laboral de empresas tales como Google. 

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