En el curso de la semana los Pumas de la Universidad anunciaron a quién será su nuevo entrenador: Antonio Mohamed. El “turco” es un viejo conocido de la afición mexicana al ser, desde su llegada a México en 1993 fichado por Toros Neza, uno de los futbolistas más carismáticos de la historia. Su paso por el cuadro mexiquense estuvo marcado, además de su inobjetable calidad, por esa imaginación que solo está destinada a los genios. Su capacidad para visualizar el juego le permitía vencer su evidente falta de forma física y su nulo sacrificio a la hora de correr. Pero cuando el balón pasaba por sus pies, era capaz de poner un pase de gol o anotarlo y cobrando tiros libres era, simplemente, letal. De la mano de Toño, Toros Neza llegó hasta la Gran Final del torneo mexicano en el Verano 97. En esa época sus jugadores saltaban a la cancha enmascarados y con el pelo teñido de diversos y llamativos colores. El líder era Mohamed aunque en el juego de vuelta, el Guadalajara les pegó un repaso y les arrebató la corona. Recuerdo el partido porque yo fui el árbitro, compartiendo cancha en infinidad de ocasiones con este singular y extraordinario futbolista. Antonio es un muy buen tipo y creo que es un director técnico capaz. No en balde ostenta dos títulos en la LigaMx ganados con Xolos de Tijuana y con el América pero no apostaría a que sea la mejor opción, en este momento, para Pumas. Mohamed va a encontrar, a su regreso de Buenos Aires donde fue a festejar su cumpleaños, ¡hágame usted el favor!, un equipo desangelado, sin identidad y con un vestuario acaparado por extranjeros grillos y tramposos. Probablemente el hecho de que los líderes de estos vivales sean sus paisanos podría colaborar en avenirlos pronto pero, de eso a jugar bien y conseguir resultados, media una buena distancia. Pumas está muy cerca de la “quema” para pagar las multas de los coleros pero también a tiro de piedra de meterse en la “repesca”, lo que en este futbol mediano y mediocre, ayuda a salvar la temporada. Tampoco crea usted que había demasiadas opciones en el mercado. Los entrenadores jóvenes no acaban de cuajar y sobre todo, ganarse la confianza de los directivos. El torneo corto tampoco abona a la paciencia y los proyectos a largo plazo se ven truncados al tercer tropezón. El Ingeniero Leopoldo Silva y el Doctor Miguel Mejía Barón apostaron por la experiencia del “turco” y su aparente buen manejo de grupo. Por el bien de la afición de piel dorada y sangre azul ojalá la apuesta sea ganadora. La feligresía puma se merece estar peleando la cima y no sufriendo penurias. Suerte para este…nuevo domador.

 

Por: Arturo Brizio

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