El pasado domingo 16 de noviembre se conmemoró el 156 aniversario de la designación de Cuernavaca como Capital del Estado de Morelos. Para ello, en sesión solemne, el Cabildo, encabezado por el Presidente Municipal José Luís Urióstegui, entregó a diversas personas, mujeres y hombres, la Venera Cuernavaca 2025. El Museo de la Ciudad fue habilitado como recinto oficial y ahí se llevó a cabo una hermosa y colorida ceremonia. Los reconocimientos tuvieron como recipiendarios, entre otros, a la Gobernadora Margarita González Saravia, al Obispo Ramón Castro Castro y a la actriz Elsa Aguirre Recibí el galardón con pro funda emoción y quiero compartir con usted, amable lector, las palabras con que me dirigí al auditorio.
“La migración es un fenómeno tan antiguo como la humanidad misma. Puede ser un proceso difícil y doloroso, ya que dejar el solar nativo en busca de mejores oportunidades, seguridad, paz o refugio, a veces en condiciones de dureza extrema, convierte a esas personas y sus allegados, en héroes anónimos que, muy a nuestro pesar, a veces terminan siendo un número en la estadística. La hay también voluntaria. Cuando una persona decide cambiar su residencia y la convierte en una inspiradora fuente de esperanza. Decía un gran jugador y entrenador de los Pumas, Carlitos Peters, que nacer es un accidente biológico y geográfico. De ahí, la importancia de elegir donde vivir. Hace 36 años, mi esposa Isela Rivas, con nuestro pequeño hijo Arturo en brazos, decidimos morar en Cuernavaca. Recuerdo que cuando salíamos del entonces Distrito Federal en automóvil, dejando atrás esa etapa de la vida, mi esposa volteó y dijo: “adiós, Chinampa querida”, en alusión a un párrafo de la hermosa canción “Mi ciudad”, del Maestro Guadalupe Trigo.
Aquí nacieron mis dos hijas, Gabriela y Andrea. La escuela que forjó su amanecer fue también en esta hermosa Capital. La vida nos ha regalado con grandes, sólidas y hermosas amistades, que seguimos cultivando. En estos años, los Brizio hemos buscado con denodado esfuerzo y genuino orgullo, cooperar para el engrandecimiento del Estado de Morelos y particularmente de Cuernavaca. Quiero agradecer primero a Dios por el don de la vida. A las y los integrantes del Cabildo que pensaron en un servidor para recibir esta VENERA Cuernavaca 2025. A mí querido amigo y colega José Luís Urióstegui por su afecto y vocación de servicio, a los galardonados, así como a los invitados a este evento. Esta presea, constituye un gran honor que espero portar con gallardía. Nuestro presente luce prometedor. Hoy, gracias a mi nuera, Mariana Cuevas y a mi hijo Arturo aquí presentes, hemos recibido el mejor regalo: mi nieta Emilia. Y bueno, para terminar, solo confesar el amor a esta mi tierra adoptiva y, como dice una bella canción del grupo Mecano: “aquí seguimos, con las mismas ganas de soñar”. Gracias, parece una muy pequeña palabra para resumir lo que sentí al recibir… La Venera.
