Hay situaciones en la vida cuyo desenlace adverso duele hasta la médula. Bendito sea Dios aquí solo hablaremos de futbol, que la realidad ya es bastante dura como para restregarla.

En términos estrictamente deportivos, existen descalabros que no sanan rápidamente y de esos, el que trae de cabeza a las Chivas Rayadas del Guadalajara, no es un asunto menor.

Los rojiblancos tuvieron una gran campaña el torneo anterior, lo que les permitió llegar hasta la Gran Final, que perdieron en un segundo tiempo ante Tigres, donde parecía que a la usanza del americano, había salido la ofensiva para dar lugar a una línea defensiva que no pudo o no supo contener al rival.

Este campeonato arrancó con tres victorias al hilo y luego, en esas cosas sui generis de nuestro balompié, se paró la Liga para dar lugar, por espacio de un mes, a esa patochada llamada “Leagues Cup”.

Ahí el “chiverío” fue eliminado prematuramente y de ahí en adelante, parece que al técnico, Velijko Paunovic, se le extravió la brújula.

El sábado en la cancha del Azteca ante el América, vimos a la peor versión del Guadalajara en años y mire que han vivido épocas duras. Con nula pegada, regalando espacios, viendo pasar al rival y sin capacidad de respuesta.

La debacle empezó desde el vestuario con una alineación sorprendente e incomprensible.

El 4 por 0 suena trágico pero en realidad queda corto ante lo mostrado por ambos contendientes.

La cosa no mejoró en el área de medios y la entrevista postpartido. Un Pauno enojado, hablando con parábolas y en clave hermética, dando a entender que sería capaz de correr al jugador que no se comprometa, dejó una nube de dudas en el ambiente.

Quizá por eso, la directiva caprina decidió convocar a una conferencia de prensa ayer lunes.

La audiencia no llegó ni a diez periodistas en forma presencial. No hubo preguntas inteligentes, (en este tipo de eventos, casi nunca las hay), pero tampoco mucha luz del otro lado.

Las declaraciones corrieron a cargo de Fernando Hierro, director deportivo de la institución, quién aguantó la sarta de lugares comunes, cuestionamientos pueriles y hasta la necedad de algunos concurrentes.

En claro se sacó poco y nada. Que se le entrega un voto de confianza al entrenador. Que Paunovic está más firme que nunca. Que no hay grilla interna. Que los jugadores se encuentran comprometidos como nunca con el proyecto, en fin, lo que suele decirse en estos casos.

Hierro, que me parece un señorón, indicó que hay que sacudirse el desánimo que produce un mal partido en estas circunstancias y encarar el futuro con gallardía.

Chivas recibe el próximo sábado al Pachuca, que no las trae muy derechas que digamos, en lo que parece un juego propicio para pasar de las palabras a los hechos.

La legión rojiblanca está herida y la comparecencia de don Fernando estuvo, por decir lo menos…desairada.

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp