Damien Chazelle vuelve con un ambicioso proyecto a la pantalla grande, un filme plagado de estrellas que ha sido controversial como pocos.

Babylon es una película que provocó todo tipo de reacciones desde que fue anunciada, pues, nos mostraba una producción sumamente extravagante y un elenco de ensueño, que generó que las expectativas del público y de la crítica fueran altísimas.

 

Finalmente, la espera ha terminado, y Damien Chazelle, quien hizo cintas como “La La Land” o “Whiplash”, nos ha entregado un producto polémico que ha encantado a muchos, y generado el odio de otros tantos.

La cinta muestra al cine en su etapa primaria, retratando el caos que implicaba trabajar en esta industria en la década de 1920. Expone a la perfección lo que era el proceso de creación un siglo atrás, el inicio de las “estrellas” de cine, y la transición que sufre el séptimo arte, pasando del cine mudo al sonoro.

Es una película ambiciosa, sin tapujos, que refleja con nostalgia una época pasada; un ensayo para el cine que expone su historia a través de los años, y contrasta un inicio en el que no existía el control, con una etapa posterior más profesional, que resulta cruel con aquellos que no logran adaptarse.

En este sentido, el filme toma un riesgo gigantesco al exponer las dos caras de la moneda, pues, a pesar de mostrar el romanticismo y la pasión por el cine, no oculta para nada el lado oscuro, en el que  todos los involucrados en esta industria se ven consumidos por excesos de todo tipo.

Precisamente, esa palabra define a Babylon; es una película excesiva, que no está hecha para todo el mundo,  una obra frenética que hay que ver con una mentalidad muy abierta, entendiéndola como un caos perfecto, un festín visual con un coctel de personajes que muestran su visión de lo que representa el cine para ellos.

Justamente por todo esto, es que no hay un punto medio al momento de opinar sobre la película, sobre esto, Damien Chazelle comentó en una entrevista para Insider que “Es bueno que algo espolee la conversación, el debate y que hayan opiniones encendidas en cada bando”.

La película tiene una duración de más de tres horas, lo que para muchos pudo ser un factor importante al momento de valorarla, catalogándola como “pesada”, sin embargo, el ritmo acelerado que se muestra en gran parte de la cinta hace que el tiempo pase rápido.

Tiene aspectos muy interesantes y bien logrados, como son el soundtrack, la fotografía, el vestuario y el maquillaje; ámbitos espectaculares que te meten de lleno en la historia, y te dejan inmerso en el contexto en el que transcurre la historia.

Finalmente, hay que destacar las actuaciones, de lo que fue uno de los mejores elencos del año pasado, que contó con Brad Pitt interpretando a Jack Conrad, un actor en decadencia que es víctima del cambio y la evolución de la industria; con Margot Robbie como Nellie LaRoy, una actriz dispuesta a todo por convertirse en una estrella; y con el mexicano Diego Calva con el papel de Manny Torres, un asistente novato que sueña con ser un gran productor.

Sin duda, es una experiencia imperdible, una obra audiovisual que sabe a lo que juega y que, por medio de una crudeza magnífica, es capaz de transmitir su mensaje.

 

Por Emiliano Güemes

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