México ha integrado cuatro veces el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Condenó al régimen del general Francisco Franco, por considerar que ponía en peligro la paz y seguridad; apoyó la descolonización de África, promovió una resolución para condenar la invasión soviética en Afganistán, se contrapuso al conflicto árabe-israelí, a la toma de la Embajada de Estados Unidos en Teherán así como al apartheid en Sudáfrica, y se opuso a la invasión en Irak por parte de Estados Unidos que argumentó que el régimen de Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. Loables las participaciones de México en la ONU, fundadas en la tradición mexicana de la no intervención que sintetiza la máxima jurista de “entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, esta vez, sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo una propuesta buscando que ir más allá de las palabras. El martes en el Consejo de Seguridad de la ONU que presidió, propuso en Nueva York la creación de un fondo para ayudar a los pobres del mundo. Explicó: “La propuesta de México para establecer el Estado Mundial de Fraternidad y Bienestar se puede financiar con un fondo procedente de al menos tres fuentes: el cobro de una contribución voluntaria anual del 4 por ciento de sus fortunas a las mil personas más ricas del planeta, una aportación similar por parte de las mil corporaciones privadas más importantes por su valor en el mercado mundial y una cooperación del 0.2 por ciento del PIB de cada uno de los países integrantes del Grupo de los Veinte. De cumplirse esta meta de ingresos, el fondo podría disponer anualmente de alrededor de un billón de dólares”. Pero, ¿qué ha pasado en los días siguientes al evento neoyorquino? Que los medios conservadores reaccionaron con frialdad, no pudieron evitar publicar la nota sobre la reunión en la Urbe de Hierro, hicieron algunas mini crónicas de los migrantes en las afueras de la sede y sitios cercanos y comentarios de voces y rostros conocidos que pretenden subestimar la propuesta de AMLO. Nada que resulte extraño, tampoco los comentarios en pro y en contra de este asunto, y en esta como en otra ocasión, las reacciones en redes sociales mayoritariamente de coincidencias con lo que dijo AMLO… DEL DÍA A DÍA: Que las autoridades del Ayuntamiento de Cuernavaca han estado abiertas a participar en el proceso de entrega-recepción con la administración entrante del presidente municipal electo José Luis Urióstegui Salgado, aseguró el aún secretario Erick Santiago Romero Benítez. (Pero nada dijo sobre los adeudos que le dejarán a Urióstegui, del SAPAC con la CFE, ni de los laudos laborales que suman docenas de millones de pesos)…El consejero jurídico Samuel Sotelo Salgado afirmó que el Gobierno del Estado da seguimiento a la denuncia por las irregularidades detectadas en las obras del estadio “Coruco” Díaz de Zacatepec. (Lo que pasa es que no le tienen paciencia. Este caso será resuelto en el año 3000, cuando no haya nadie a quien castigar)… El de Cuautla es uno de los ayuntamientos que planteó, en su iniciativa de Ley de Ingresos para el 2022, la contratación de un préstamo de más de 50 millones de pesos y el refinanciamiento de una deuda contratada hace cinco años superior a 150 millones de pesos, confirmó el alcalde electo Rodrigo Arredondo López. (O lo que es lo mismo: Arredondo planea endeudar a la actual y a la siguiente generación de cuautlenses)… (Me leen después).
Por: José Manuel Pérez Durán jmperezduran@hotmail.com
