El fiscal Uriel Carmona calificó de “avance importante” la aprehensión de dos personas que participaron en la masacre del sábado 13 de abril en el restaurante Los Estanques de Cuautla. Se engaña a sí mismo: la detención del par de presuntos sicarios no fue el resultado de una investigación, se debió a que resultaron heridos en la balacera, al parecer fueron llevados a sendos hospitales por sus propios compañeros y allí los declararon detenidos. Lo real de este caso es que, a tres semanas de haber sido perpetrados, permanecen impunes los asesinatos de seis personas –tres menores y otros tantos adultos– y las lesiones a once más. Atrapado los morelenses en la peor crisis de inseguridad de que se tenga memoria (de acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 271 homicidios durante los primeros tres meses del actual Gobierno Estatal), es en este marco que el obispo Ramón Castro Castro confirmó para el uno de junio una marcha por la paz y la seguridad. Al ratificar este domingo la caminata, lo hizo luego de tener una reunión con funcionarios del Ejecutivo en la que afirmó que el comisionado estatal de Seguridad Pública, José Antonio Ortiz Guarneros, le aseguró que en un año darán resultados. Así que, aunque no con la misma energía que en situaciones similares mostraba contra el entonces gobernador Graco Ramírez, el titular de la diócesis de Cuernavaca consideró que un año “es mucho tiempo” para obtener resultados en materia de seguridad. No le quedó otra opción que desear “respuestas más efectivas y que no nos dieran (pidieran) tanto tiempo”. Otra fue su actitud dos años atrás. Decimos los periodistas: lo bueno es que existen las hemerotecas, y para el tema específico del comentario, esta nota de “La Jornada” del domingo 3 de junio de 2018: Miles de personas –los organizadores calcularon 30 mil– vestidas de blanco participaron en la cuarta caminata por la paz y contra la violencia, convocada por la diócesis de Cuernavaca que encabeza el obispo Ramón Castro Castro. El prelado llamó a las autoridades, sin mencionar a ninguna en particular, a buscar los modos para terminar con el narcotráfico, la impunidad y la corrupción que cada día carcomen a la sociedad mexicana. Castro aludió a los próximos comicios para pedir a los morelenses reflexionar y no vender su voto por una despensa, una camiseta, un paraguas o por dinero. No entreguen su dignidad ni su futuro, porque eso que les dan les va a costar miles de veces más; ustedes existen sólo en este periodo de elecciones y después (los gobernantes) se olvidan. La marcha comenzó a las 8 horas, del barrio de Tlaltenango, ubicado en la avenida Morelos norte, y concluyó una hora y media después en el centro de Cuernavaca, en la catedral. En calles aledañas el obispo realizó una eucaristía que terminó a las 11:30, una hora después. Allí, el religioso aseguró que la inseguridad y la violencia en Morelos es tan grave que en el municipio de Puente de Ixtla, al sur de la entidad, hace unos días, integrantes de la delincuencia organizada realizaron una reunión con los comerciantes para informales que aumentó la tarifa de cobro de piso. Los vendedores pagan para que no los secuestren o asesinen, pues los delincuentes operan impunemente. El obispo Castro dijo que también duele la corrupción omnipresente, la impunidad; nos duele ver cómo estamos perdiendo el valor de la vida, tanto la propia como la del otro. En Morelos, por ejemplo, existen sicarios que matan a una persona por 5 mil pesos. Convocó a los presentes a no ver como normal la violencia y la inseguridad que dañan cada vez el cuerpo social y destruye la comunidad. “Nos duele profundamente la sangre que se derrama, los niños abortados, las mujeres asesinadas, la angustia de las víctimas de secuestros, de asaltos, de extorsiones, las pérdidas de quienes han caído en la confrontación entre las bandas, que han muerto enfrentando el poder criminal o han sido ejecutados con crueldad o frialdad, nos interpelan el dolor y la angustia, la incertidumbre y el miedo de tantas personas. “Nos preocupa la pobreza, la marginalidad, somos testigos y nos duele en lo más profundo del corazón ver a tantos hermanos que no pueden acceder a lo mínimo que corresponde a su dignidad de personas, que no tienen dónde vivir, ni trabajo digno, ni un pedazo de pan, ni paz. En esta cuarta marcha por la paz participaron Cuauhtémoc Blanco Bravo y Víctor Caballero Solano, candidatos a gobernador de la coalición Juntos Haremos Historia y de la alianza Por México al Frente, respectivamente. También Javier Bolaños Aguilar, candidato del PAN a alcalde de Cuernavaca, y Rafael Reyes, abanderado de Juntos Haremos Historia a la alcaldía de Jiutepec, entre otros políticos… (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com

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