Como argumento político no sirve el de la vida privada de personajes ilustres, para la historia oficial no existe y, en sentido estricto, si no fueron pésimos parecieron malos padres. Su vocación no fue quedarse en el calor del hogar a cuidar hijos y a serle fiel a una mujer, su propósito y vocación de vida apuntó hacia otros intereses, superiores, obligados. En efecto fueron malos padres, al no estar físicamente al lado de sus hijos, pero valga la paradoja, fue por esta vía que se convirtieron en padres de la patria.
Viene el Día del Padre, y es obligado dedicar espacio a los próceres que también fueron padres, aunque no precisamente “de familia”, sino de muchas familias.
GUERRERO. “Deseo que el público se entere de mi resignación para que me haga la justicia de creer que por el rescate de su libertad he visto con desprecio mi vida y que sin embargo de estar expuesto aun a perderla si la recobrare volvería a exponerla, hasta no ver que mi nación disfruta de la libertad que le pertenece. Sepan los tiranos que no me arredran sus bayonetas y poder, y conozcan mis compatriotas que jamás los abandoné”. Estas palabras retratan de cuerpo completo al general Vicente Guerrero Saldaña, quien ante su padre, don Juan Pedro Guerrero, suplicante de que no lo dejara solo el que sería el segundo presidente de México, le replicó: “La Patria es primero…”. De su vida familiar se sabe que Guerrero se casó con María Dolores Guerrero Hernández, con quien sólo procreó una hija, María Dolores Guerrero Hernández. Lo notable es que esta mujer se casó con un mexiquense, Mariano Riva Palacio Díaz, y este matrimonio procreó el linaje de los Riva Palacio Guerrero, entre cuyos hijos hubo notables militares, escritores, políticos y estadistas.
HIDALGO. Tuvo como primera esposa a Manuela Ramos Pichardo. El también director de la Universidad Nicolaíta de Morelia, entonces, Valladolid, se distinguió en el estudio de teología escolástica y moral. A los 20 años obtuvo el bachillerato de teología, hizo estudios canónicos en el Colegio de San Nicolás, carrera escolástica, y aprendió latín, francés e italiano lo mismo que náhuatl, tarasco y otomí. Era una lumbrera el señor Hidalgo. Pero su conducta siempre fue mal vista por la jerarquía eclesiástica, pues a la par de sus ideas liberales llevaba una vida en la que el juego y las mujeres eran su debilidad. El Padre de la Patria tuvo cuatro hijos: Agustina y Lino Mariano, de Manuela Pichardo, y Micaela y Josefa, procreadas con Josefa Quintana.
MORELOS. La vida amorosa de El Siervo de la Nación no fue multitudinaria como la de otros próceres posteriores, pero eso sí, muy intensa. Tuvo como primera esposa a Brígida Almonte, con quien procreó a su primogénito Nepomuceno. Después le dio una hija una mujer de la cual se desconoce su nombre, y posteriormente en Oaxaca tuvo un tercer hijo con Francisca Ortiz. De estos descendientes, a diferencia de los de Hidalgo, no se supo más. Hay registro de que Morelos tuvo más hijos. El más conocido fue Juan Nepomuceno Almonte, quien formaba parte de “Los Emulantes”, una milicia infantil que participó junto a su padre en enfrentamientos de guerra, entre ellos el Sitio de Cuautla.
JUÁREZ. El presidente que con las Leyes de Reforma separó a la Iglesia del Estado Mexicano y así les quitó a los jerarcas católicos el enorme poder económico que ostentaban, era guadalupano confeso. Aunque este dato no lo consigna la historia oficial por tenerlo etiquetado como masón grado 34 y ateo, nada de eso. En 1850, cuando Juárez era gobernador murió en Oaxaca su hija María Guadalupe a un año de haber nacido. La bautizó con ese nombre en honor a la Virgen de Guadalupe. El matrimonio Benito Juárez-Margarita Maza sufrió la separación y la muerte prematura de cinco de sus doce hijos.
VILLA. Doroteo Arango era muy celoso de la ley. Con casi todas sus mujeres se casó por el civil y sólo con una de ellas por la iglesia. Registró 18 esposas y uno se pregunta: ¿por qué tantas? Fue una etapa difícil, y casi todas ellas mujeres aguerridas que andaban en los combates, las mataban y su Pancho se volvía a casar. Por eso tuvo 22 hijos, con todas se casó menos con una por ser mormona.
ZAPATA. Antes que ser padre se es enamorado, novio, esposo, amante. ¿Quién no lo sabe? La debilidad de Zapata eran las mujeres. Sostuvo relaciones “oficiales” con 9 mujeres, tuvo 16 hijos y 42 nietos. Hay quien dice que tuvo amoríos con 14 mujeres, pero debieron ser muchas más... (Me leen mañana).
José Manuel Pérez Durán jmperezduran@hotmail.com
