Pronto se cumplirán seis décadas desde que en 1966 comenzó a funcionar la fuente de trabajo con el mayor número de empleos, la planta ensambladora de automóviles de Nissan Mexicana, en Civac. Durante más de medio siglo fue la fuente laboral más grande de Morelos, y de hecho lo sigue siendo no obstante el despido de 500 trabajadores en enero de 2022 por el cierre de una de sus líneas de producción.
Veinticinco años más tarde, en la zona de Yautepec se consumaba un quebranto económico de por lo menos 120 mil millones de pesos viejos (aproximadamente 240 millones de los de ahora) que le cambió la vida a miles de morelenses. Durante generaciones habían vivido del ingenio de Oacalco, directa e indirectamente, unos dedicados a la producción de caña de azúcar y otros al comercio y los servicios ligados a la derrama económica que desde los tiempos del porfiriato había generado la fábrica de dulce. Con el cierre de Oacalco en 1989, Carlos Salinas selló la suerte de todos los ingenios del país. Los privatizó a favor de empresas nacionales y transnacionales, por medio de operaciones que beneficiaron a una élite voraz, implacable. Los recursos obtenidos con las privatizaciones no redujeron la deuda externa (como argumentó
Salinas); se dio una nueva forma de saqueo insertada en el neoliberalismo, miles de obreros fueron lanzados a la calle en los llamados ajustes de personal que de inmediato ejecutaron los nuevos dueños, y la industria azucarera se perfiló al fracaso. Agustín Alonso Mendoza, el tres veces alcalde de Yautepec, atestiguó aquella tragedia. Para México, el azúcar de caña dejaría de ser un buen negocio debido a que los Estados Unidos invadieron de fructuosa de maíz el mercado nacional.
En septiembre de 2001, el Gobierno Federal decretó la privatización de 27 ingenios azucareros, entre ellos el Emiliano Zapata de Zacatepec, donde al menos mil obreros fueron despedidos con la consiguiente afectación a la economía de miles de campesinos productores de caña.
Hoy, otro es el panorama. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el último trimestre de 2022 Morelos registró una de las tasas de subocupación más bajas del país. La población estuvo empleada en el sector formal, pero principalmente en el informal, es decir, con trabajo. Y según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, mientras en el segundo trimestre del 2020 más de 17 mil personas se encontraban desempleadas, el 2 por ciento estaban subocupadas.
Por cierto, las nuevas generaciones ignoran que en el estado de Morelos existió una mina de plata, la de Huautla, en su momento importante, pero de menores proporciones por cuanto a la producción y al número de trabajadores que el hasta ahora afortunadamente frustrado proyecto de Esperanza Silver en el municipio de Temixco, que luego de años no empieza siquiera a arrancar. En la página electrónica “Historias del Sur Morelense” está el dato:El Real de Minas de San Francisco de Huautla se fundó en el año de 1570, tras el descubrimiento de
yacimientos minerales en dicho lugar. Por tal motivo, se creó la Alcaldía Mayor de Cuautla de Amilpas, una franja territorial que se extendía desde Oaxtepec hasta los minerales de Huautla. Esta extensión territorial no pertenecía de manera económica y política al Marquesado del Valle de Oaxaca pues eran tierras “realengas”, es decir, que eran administradas de manera directa por la corona española. Los yacimientos de Huautla no podían ser explotados de manera continua, por lo que el Real de Huautla no logró cobrar relevancia a nivel virreinal pero sí a nivel regional. La vida del mineral fue muy intermitente, pues en muchas ocasiones durante los siglos XVII y XVIII vivió periodos de crisis, pues fue abandonado por la sobre explotación y reactivado al encontrarse yacimientos nuevos. Ubicado en Tlaquiltenango, el municipio territorialmente más grande de Morelos, Huautla es uno de los pueblos más pequeños de Morelos; tiene menos de mil habitantes…
(Me leen mañana).
Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.