El solo hecho de que para participar en la contienda interna por la candidatura de Morena a la presidencia municipal de Cuernavaca se hayan registrado hasta cerca de dos docenas de precandidatos y precandidatas, es nota; muestra una competencia inusual por la abundancia de contendientes que históricamente no había ocurrido en partido alguno. Sin embargo, un elemento aún más importante es que los aspirantes de Morena son personas que nacieron o se criaron en Cuernavaca, a diferencia del candidato de la coalición Morena-PES a la alcaldía capitalina. Entre otras y otros registros de precandidatos están Alejandra Flores, Magda Érika Salgado Ponce y Alejandro Mojica Toledo, la primera actual diputada local, la segunda hija del político priista Juan Salgado Brito y el tercero diputado federal. Por su edad y trayectoria, Mojica resulta el nombre más conocido. Con una carrera política que inició cuatro décadas atrás en el gobierno de Lauro Ortega Martínez, “Polo” Mojica, como es conocido popularmente, ha sido legislador del Congreso Estatal, dirigente empresarial y por muchos años el apellido Mojica fue un sinónimo en el mundo de las pinturas. Alejandra Flores estaría apoyada por el subsecretario de Gobernación, Rabindranath Salazar Solorio. Y algún respaldo tendrá Magda Salgado en Morena nacional donde su padre es muy conocido. Copiosa la lista de precandidatos, es probable que el o la candidata saldrá de una encuesta a la que es posible vayan sólo cuatro, dos varones y dos mujeres. Mientras tanto, ¿qué pasa con la candidatura común PES-Morena? Rechazada por el consejo y la dirigencia estatales de Morena, la controversia será dirimida en tribunales dentro de algo así como cuarenta días… POR años el gobierno le ha hecho creer a la gente que, aunque no como en la CDMX, el aire de Morelos está contaminado. No hay que ser ducho en la materia para deducir la falsa alarma. De acuerdo al monitoreo de agosto de 2020 de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, en 12 días se rebasó el límite de un contaminante únicamente, y en 2 el límite de 2 más. Pero esto no le dice nada a la gente común que, vuelta escéptica por las mentiras oficiales, sólo cree lo que juzga evidente. ¿Son estrictamente necesarios los centros de verificación automotriz? Que se sepa nadie lo ha comprobado. Estos establecimientos han sido un instrumento recaudatorio, y un negocio multimillonario para el o los propietarios de estas instalaciones que cambian en cada sexenio. La pandemia del coronavirus lo ha evidenciado. No han estado funcionado normalmente y, abiertas unas semanas y cerradas otras, se supone que los niveles de contaminación debieron aumentar. Pero al no percibirse así, es porque poco o nada ha aumentado la concentración de contaminantes como el bióxido de carbono. Cosa que en un sentido o en otro puede confirmar la opinión de expertos independientes, y no las declaraciones de funcionarios públicos que carecen de credibilidad. Cinco centros de verificación de vehículos automotores de la presunta propiedad de un solo empresario metido a la política y un universo de 977 mil vehículos representan 557 millones 150 pesos cada seis meses y el doble por las dos verificaciones anuales. Instalados dos de los dichos centros en Cuernavaca, uno en Emiliano Zapata, uno más en Cuautla y otro en Jiutepec no han sido suficientes, las personas que hacen el trámite tardan horas, soportan molestas, hay testimonios de pagos de “mordidas” para pasar la verificación. Luego de dos años, por fin concesionarán más centros verificadores, pero ello no garantiza de que mejore el servicio. Tanto Morelos como la CDMX están en rojo del semáforo epidemiológico, con la diferencia de que aquí el cártel de los centros de verificación pesa más que el bienestar de la población. Tiempo al tiempo. Faltan menos días para que en Morelos los émulos de Ancira sean sacados de sus ratoneras… (Me leen después).
Por JOSÉ MANUEL PÉREZ DURÁN / jmperezduran@hotmail.com