En la mayoría de los quince estados donde el 6 de junio de 2021 habrá elecciones de gobernador, al partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) le alcanza para ir solo; no necesita vejigas para nadar. Flacas las caballadas del resto de partidos, le basta y le sobra para pelear sin coalición alguna en los municipios y en los distritos que elegirán ayuntamientos y diputados locales, acompañado solamente de su aliado histórico, el PT. El comentario aplica a Morelos, donde una cosa serán las próximas elecciones y otras muy diferentes las de 2018, cuando circunstancialmente el PES se pudo colgar de la popularidad de Andrés Manuel López Obrador y se hizo con la alcaldía de Cuernavaca que debido a la pugna interna ganaría en el papel pero en la práctica perdería el mismo grupo de aventureros foráneos que entonces como ahora se presumen lopezobradoristas. Aliado hasta hoy día –mañana quién sabe– Morena rumbo a las elecciones federales con el Partido Verde y el Panal, en algunas plazas crece el desacuerdo de los morenistas de hueso colorado; calculan que el pragmatismo de la coalición con partidos de la mafia del poder les allegará el número suficiente de diputados para conservar la mayoría, pero además de que los postulados de López Obrador contra el neoliberalismo quedarían reducidos a la conveniencia electorera, los legisladores que salgan del Verde y el Panal no son garantía de lealtad, sino vulgares vividores del presupuesto proclives a la traición como se exhiben en estos días aliándose con Morena. Elecciones de gobernador habrá en Campeche, Tlaxcala, Michoacán, Guerrero, Nayarit, Zacatecas, Sinaloa, San Luis Potosí, Baja California, Colima, Baja California Sur y Querétaro. Excepto en este último estado, en la mayoría de los demás se advierte que ganaría Morena, solo, sin necesidad de sociedades electoreras y en algunos estados acaso aliado con el PT. En ese batidillo de falsas ideologías políticas y coincidencias por objetivos económicos, la coalición PAN-PRD-PRI exhibe sus miserias cobijando a cacicazgos como lo hace en Tijuana candidateando a Jorge Hank Rhon, el dueño de Grupo Caliente imputado socialmente de estar involucrado en actos de lavado de dinero, corrupción, narcotráfico y homicidio. Atropellado como nunca el proceso, México se encamina a unas elecciones punto menos que atípicas y desde hoy consideradas históricas por múltiples razones, entre otras la popularidad que luego de dos años de gobierno mantiene AMLO, sobre todo entre los pobres que son la mayoría. En Zacatecas, de acuerdo a una encuesta de Consulta Mitofsky aventaja Morena, y según otros sondeos igual sucede en Tlaxcala y Zacatecas, éste último no obstante la inconformidad de la dirigencia estatal con alguna alianza en particular. En Sonora el virtual gobernador es el ex secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, y así por el mismo tenor en cuatro de cada cinco estados que elegirán gobernador. Traslapado a Morelos el tema preelectoral, a diferencia de otras latitudes aquí el panorama no es claro sino todo lo contrario, como dijera el ex presidente Luis Echeverría. Tan opaco que a algunos despista la olla de tamales en la que hay de dulce, de chile, verdes y rojos. Ejemplo entre muchos otros de un José Luis Urióstegui, que tras haber pasado por administraciones priistas y panistas y años más tarde sentirse casi alcalde de Cuernavaca por el PRD, en estas fechas es citado como aspirante, precandidato o candidato del PAN a la presidencia municipal de Cuernavaca. ¡La locura por las chambas y los negocios de gobierno!.. (Me leen después).

Por José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com 

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