Cuernavaca tendrá una nueva sede para el Palacio Municipal en una parte del predio del ex hotel Papagayo; esto para evitar la compra de un terreno y ahorrar recursos al erario. Aunque la construcción no será realizada inmediatamente, pues obras prioritarias hay, el pasado fin de semana el alcalde José Luis Urióstegui Salgado anunció un proyecto que prevé una inversión de 35 millones de pesos.

El tema forma parte de la historia, social y política, de Cuernavaca. Antes que la sede conocida popularmente como “el Papagayo”, el Palacio Municipal de la capital de Morelos estuvo ubicada en la avenida Morelos, en una casa del siglo XVII que fue de un cura llamado Salvador Cedillo, de quien es imaginable la construyó en ese sitio para estar cerca de la Catedral y, al igual que la mayoría de los sacerdotes, era un millonario que habitaba una mansión palaciega, rodeado de lujos y sirvientes, bebiendo y comiendo de lo mejor, pero a la vez predicando la humildad. México aún no se liberaba del yugo español.

Otra es la historia del hotel Papagayo. Terminado de construir en abril de 1946 y fechada el 13 de abril de 1947 en el periódico “El Informador”, una crónica del reportero y años más tarde alcalde e historiador de Cuernavaca, Valentín López González, calificó de “suntuoso” el primer aniversario del Hotel Papagayo.

Muy al estilo de aquel tiempo, hizo un relato plagado de calificativos zalameros. Escribió: una formidable orquesta y personalidades artísticas del teatro y de la radio dieron realce a este fastuoso acontecimiento social, con una desbordante concurrencia de la mejor sociedad capitalina y de esta ciudad que llenó completamente las lujosas terrazas, el sábado de gloria 12 de abril, primer aniversario del hotel. La fiesta dio principio con las palabras del señor Luis Cárdenas, en representación del hotel Papagayo, para dar las gracias a la sociedad y a los turistas por su presencia en la elegante institución de hospedaje. El señor Cárdenas felicitó al propietario y a los empleados. En la mesa de honor se encontraba el propietario del hotel, señor doctor Leónides Andreu Almazán, y su respetable familia. Anotamos los nombres de las siguientes personalidades: el inimitable panzón Roberto Soto, que con sus chistes y sus “sonrisas colgate” deleitó a los comensales; el general Alfredo Delgado y esposa, el señor Francisco González Barragán, así como también el señor Jesús Gutiérrez Navarro, que departían alegremente (y) celebraban las ocurrencias del cómico robusto y mexicanísimo. El texto consignó que el hotel Papagayo de Cuernavaca fue terminado en abril del ’46, se construyó paralelamente con el hotel de Acapulco y el mismo año en que se erigió la escultura de nuestro colosal “Morelotes”. El relato de Valentín mencionó que dos hoteles Papagayo, uno en Cuernavaca y otro en Acapulco, fueron propiedad de Juan Andreu Almazán.

Aparente o realmente partidario de Almazán, el joven Valentín escribió: El día de las elecciones, el 7 de julio de 1940, en la Ciudad de México, lugar determinante para la elección, 300 matones dirigidos por Gonzalo N. Santos al servicio de Lázaro Cárdenas, armados con ametralladoras Thompson recorrieron las casillas disparando contra las filas de votantes almazanistas. Robaban las urnas y destruían los votos a favor de Almazán, reemplazando los votos para Ávila Camacho…

Ya que resumiendo el tema de hoy versa sobre Cuernavaca y México en la historia del Papagayo, la pregunta brinca: ¿no sería mejor la sede del Ayuntamiento en el ex cine Cuernavaca Cinema o en el ex cine Gloria? Si de ahorrarle dinero a la ciudad se trata, la gobernadora Margarita González Saravia podría ejecutar la expropiación de una de estas propiedades cuyo dueño, por cierto, hace años murió intestado… (Me leen mañana).

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