A la pregunta de si es necesaria la verificación automotriz la respuesta es no, específicamente los automóviles que cuentan con catalizador, o sea, la gran mayoría. (El catalizador es ese dispositivo de control de emisiones del escape que reduce los gases tóxicos y reduce la contaminación del aire). Pero otra es la opinión de supuestos expertos que están a favor de la verificación, en línea con los gobiernos de estados del centro del país a los que esta imposición representa una recaudaciones de miles de millones de pesos. Un desembolso que evaden muchos automovilistas de Morelos, simplemente no llevando a emplacar sus vehículos y comprando cada mes los permisos provisionales para circular del vecino Guerrero cuya venta ha intentado cancelar la autoridad pero hasta ahora no ha podido hacerlo.
La especie se relaciona con las dependencias de gobierno que promueven el negocio de los dueños de los centros de verificación automotriz, urgiendo a los propietarios de automóviles que verifiquen y por supuesto paguen. Tanta insistencia aumenta la inconformidad contra la verificación.
¿Es estrictamente necesaria la revisión de los automotores? Aparentemente no, al menos en los casos de las unidades de modelos recientes, pero sí las carcachas sin el catador catalítico que elimina, así sea parcialmente, los gases venenosos que vomita el motor.
En número redondos, en Morelos hay unos 16 mil taxis, 7 mil “rutas” y 150 mil camiones de carga. Al menos tres de cada diez taxis son de modelos anteriores a una década y hasta más años atrás. “Tsurus” de los noventa y anteriores saturan el paisaje de Cuernavaca y de municipios del interior del Estado, ruidosos, cayéndose a pedazos.
Antes de la pandemia del Covid-19, el pretexto de los transportistas para no renovar taxis y rutas fue económico y después sanitario. Sucedió lo mismo con las unidades de carga, destacadamente los camiones materialistas.
El nuestro, los estados de México, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos, Puebla y la Ciudad de México conforman la Comisión Ambiental de la Megalópolis. Aplicadas multas y recargos, ya sin la intervención de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) como sucedió por años, menudean las quejas de automovilistas que pagan “mordidas” por pasar la verificación, y para colmo el trámite es lento y desconocido el porcentaje real de los vehículos que no superan la prueba falsamente anticontaminante. La corrupción es evidente.
Suspendida en Morelos la verificación vehicular en julio de 2016 por las contingencias ambientales de la Ciudad de México, ello dio lugar a la desaparición de verificentros de la presunta propiedad de al menos un funcionario. Hoy el negocio sigue siendo grande multimillonario, atestados de automovilistas los centros verificadores ubicados en Cuernavaca, Emiliano Zapata, Jiutepec y Cuautla para un padrón vehicular de alrededor de 600 mil unidades...
La contaminación del aire es monumental; los números dan escalofrío. ¿Cuántos vehículos hay en el mundo? Existen más autos, camiones y vans que nunca. Se estima casi 1,500 millones de vehículos circulando en las calles y carreteras del planeta. Entre 1980 y 2022, el número de vehículos debidamente registrados en México se multiplicó por ocho. En 2022, el parque automovilístico mexicano contaba con casi 55,1 millones de vehículos ligeros y pesados (más de dos por cada persona), mientras que en 1980 el número de automotores era menos de seis millones.
La buena nueva es que, “generosos” los dueños de los centros de verificación, a partir del primer mes de 2024 a quienes les roben sus vehículos o sufran accidentes con daños materiales no pagarán multas por no verificar hasta por dos periodos. Obvio: deben estar asegurados… (Me leen mañana).
Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.
