Los dueños de las concesiones de taxis de la zona conurbada quieren que “papi gobierno” les resuelva sus problemas económicos. La agrupación Taxista Morelense (TM), una organización como hay tantas, pide que la Coordinación de Movilidad y Transporte (CMyT) les amplíe el plazo para poder pagar el refrendo que vence el 31 de julio. TM reconoce que en los trámites que debe hacer en la CMyT lleva apenas entre el 40 y 50 por ciento del total de alrededor de 14 mil taxis que hay en la zona metropolitana integrada por Cuernavaca, Temixco, Jiutepec, Emiliano Zapata y Xochitepec. Admite que “algunos” permisionarios son un poquito dejados”, de modo que dejan los trámites correr hasta los últimos días. Pero sucede que “algunos” suman miles. Fijado en 2014 por la CMyT, el costo nominal de las concesiones fue de 25 mil pesos, pero TM lamenta que “la renovación viene costando siete mil pesos”, o sea, casi una tercera parte del costo de una concesión. En contrapartida los taxis de plataformas digitales no necesitan concesiones para circular libremente, se basan en el derecho constitucional al trabajo, por lo que las concesiones tradicionales poco a poco han venido devaluándose. Este es el quid: hoy las concesiones cuestan mucho menos que antes, digamos, en la década de los noventa cuando su precio rondaba los doscientos mil pesos, es decir, cinco veces más que hoy. No pasará mucho tiempo para que los taxis convencionales desaparezcan...

Hace años que los permisionarios del transporte colectivo andan arrastrando la cobija. Para no ir más lejos, en agosto del año pasado 13 de 32 líderes transportistas amenazaron con una huelga de “rutas”. El escenario de la típica rueda de prensa fue la Plaza de Armas, el corazón del Gobierno Estatal al que retaron los ruteros. Aurelio Carmona Sandoval Dagoberto Rivera Jaimes, dirigentes de permisionarios de rutas, amenazaron con que si el lunes siguiente no les era concedido el tarifazo pararían las rutas y bloquearían el tránsito en Cuernavaca. “Concediendo” una tregua, Rivera “quedó bien” con su gente. Alardeó: “Vamos a dar tregua de aquí al domingo para que nos den una respuesta favorable, o de lo contrario, tomaremos acciones el lunes, por lo que no vamos a dar servicio. A las nueve de la mañana estaremos bloqueando los puntos más importantes de Cuernavaca si no hay ningún acercamiento”. Por supuesto la amenaza quedó en solamente palabras.

Pero si Cuauhtémoc Blanco no aprobó o el tarifazo, ello no fue porque constituiría un golpe a la economía popular, sino debido a que el exfutbolista ya tenía hechas las maletas para irse y no regresar. Pasados unos meses, para bien de los usuarios la gobernadora Margarita González Saravia tampoco ha autorizado el aumento de la tarifa en los microbuses y combis ruteras...

Acostumbrados a que “papi” gobierno les resuelva sus problemas económicos, los ruteros piden ser exentados del pago de derechos de control vehicular y que el Ejecutivo Estatal sea su aval para comprar vehículos nuevos a tasas de crédito baratas. Las excepciones son intentadas por agrupaciones de concesionarios de taxis, o sea patrones, no trabajadores, choferes, pues. Pretextan: ya que el Gobierno Estatal acostumbra otorgar un montón de beneficios a los concesionarios, que hoy no sea la excepción. Pero lo que no se han puesto a pensar los llamados líderes de las rutas es que, si para los gobiernos de la 4-T primero están los pobres, la gobernadora Margarita Saravia González difícilmente podría salir en favor de los concesionarios sino de los choferes de las rutas que no tienen prestaciones sociales (seguro social, vacaciones, etc.). Uno de los principios de los gobiernos de la 4-T es que primero están los pobres… (Me leen mañana).

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