Los habitantes de Jiutepec pueden estar tranquilos: no padecerán escasez de agua potable, el líquido vital seguirá saliendo de las llaves de sus casas, comercios, fábricas, templos, en todos lados. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) no cortará la luz en las bombas de los pozos del Sistema de Conservación, Agua Potable y Saneamiento de Agua de Jiutepec (SCAPSJ), como para el infortunio de miles de personas sí sucede en Cuernavaca donde son frecuentes los cortes de luz por parte de la paraestatal. Presidente de la Junta de Gobierno del SCAPSJ, en la última sesión ordinaria de este organismo el alcalde Rafael Reyes Reyes garantizó el suministro de agua potable a los 47 mil usuarios del municipio vecino. Para ello, instruyó al director general del SCAPSJ, Fernando Bahena Vera, a mantener en cero la deuda con la CFE y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a fin de no suspender la extracción del líquido indispensable y la operación de los pozos. Estos y otros datos del informe trimestral de actividades del SCAPSJ muestran la eficiencia del edil Reyes en materias administrativa y social.

No obstante que la cartera vencida del SCAPSJ asciende a 48 millones de pesos, Jiutepec no le debe ni un peso a la CFE y ésta no le ha cortado la luz, a diferencia de Cuernavaca cuya Comuna arrastra la herencia de una deuda que por añeja acabó volviéndose histórica, pues data de varios trienios. La danza de números parece “loca”. A fines de julio pasado, se publicó que Cuernavaca le debía 400 millones de pesos a la CFE, una cifra que el alcalde Antonio Villalobos consideró “inalcanzable”, es decir, impagable, por lo que se dijo dispuesto a cubrir solamente el 15 por ciento. Informó: “Ellos (los de la CFE) pretenden más de 400 millones de pesos (pero) la realidad es que la deuda es de poco de más de 200 millones de pesos, y en este momento es imposible pagar esas cantidades”. Comentó: “Ellos justifican que se les debe (pero) nosotros estamos tratando de solventar la verdadera cantidad y posible financieramente para el organismo”. Una semana después, la CFE dejó sin agua a más de 30 mil habitantes de treinta colonias al cortar la luz en seis pozos ubicados en las colonias Chipitlán 4, Melchor Ocampo, Chapultepec 3, Soledad, Lomas de Ahuatlán y Cuarteles. Por esos días, al ubicarse la dicha deuda histórica en 240 millones 562 mil 183 pesos, surgió una de esas danzas de números que la mayoría de la gente soslaya, “por aburridas”. De acuerdo a una tarjeta informativa que emitió el Ayuntamiento, en 2018 el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC) debía 106 millones 188 mil 881 pesos, en 2019 la deuda disminuyó a 48 millones 495 mil, en 2020 volvió a crecer a 67 millones 273 mil y en abril de este año acumuló un pasivo de 18 millones 604 mil 558 pesos… Todo esto, y más, en medio del calentamiento global que tanta gente soslaya. Al calor primaveral le sigue la canícula del verano. Los truenos en las madrugadas son los anuncios de la inminente precipitación pluvial que nos hacen suspirar de alivio. Las gotas iniciales y el viento fresco traen el preciado aroma de la tierra mojada, intentan conjurar los calorones de los días y noches. Esa es la primera percepción del arribo de la temporada de huracanes; sin embargo, otra manifestación atmosférica, y específicamente el ciclo natural del hídrico recurso, no puede ser pasada por alto. Se trata de la disponibilidad, uso y abuso del agua. Y este es el quid… (Me leen después).

Por:  José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com 


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