¿Cómo cuánto calcula el lector que es el robo perpetrado por diputados de la anterior Legislatura local? Digamos posible o presunto peculado, lo mismo da, incalculable a bote pronto el total exacto aunque de entrada se habla de varios millones de pesos. Sólo en la última semana que tuvieron actividad (¿de manicure para el afilado de uñas?) se repartieron cheques por un poco más de ocho millones 600 mil pesos. Frenético el saqueo, se auto vendieron 32 vehículos del Congreso en la ridícula suma de 850 mil pesos, aproximadamente a 26 mil cada uno con el argumento de que el dinero producto de esas operaciones de compra-venta sería destinado al apoyo de grupos económicamente vulnerables, lo cual no ocurrió. Si en cada transa de los automóviles desviaron (a sus bolsillos) cien mil pesos, aquí vamos en 3 millones 200 mil, aparte del baile de cheques por más de 8.6 millones. Es más: de acuerdo a lo informado por el presidente de la Mesa Directiva de la nueva Legislatura, Alfonso de Jesús Sotelo Martínez, el quebranto más fuere habría sido de 34 millones de pesos, correspondientes a retenciones hechas a los trabajadores pero no ingresadas al Instituto de Crédito para los Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado de Morelos, por el Impuesto Sobre la Renta ante el Servicio de Administración Tributaria, cuotas del Instituto Mexicano del Seguro Social y un supuesto seguro de vida que les estuvieron descontando pero no existió. Imputados de manera destacada Hortencia Figueroa Peralta, Beatriz Vicera Alatriste y Francisco Moreno Merino, la primera frustrada candidata del PRD a senadora y el tercero huido prácticamente a Cancún, donde alguno de sus amigos (¿Emilio Gamboa Patrón?) le consiguió el refugio de la chambita de delegado del CEN del PRI, los demás integrantes de la LII Legislatura llegan al conocimiento de la sociedad como sospechosos de ser unos vulgares ladrones. Con esta estigma ya están en la historia, y seguramente pasarán muchos años para que vuelvan a ocupar un cargo en la administración púbica, al menos no en Morelos, ¿pero con el partido Morena en el poder irán a prisión, regresarán lo que mucho indica se robaron o quedarán impunes?.. TREINTA años hace que el aeropuerto de Tetlama estaba operando, de forma incipiente pero funcionando. Sin embargo, hasta hoy no consigue despegar del todo. Lejos quedó aquel 15 de abril de 1988 cuando el entonces presidente Miguel de la Madrid vino a una gira. Acompañado del gobernador Lauro Ortega Martínez y el secretario de Agricultura y Ganadería, Eduardo Pesqueira Olea, estuvo en el desde su inicio llamado aeropuerto “Mariano Matamoros”, cuando la nuestra era una de las pocas capitales de estado que no tenía aeropuerto. Incluida la terminal y la pista de 3 mil 100 metros, costó 10 mil millones de pesos viejos. Ideado para que andado el tiempo fuera alterno al Aeropuerto Internacional de la Ciudad México, inicialmente sería utilizado para la exportación de flores morelenses mediante el programa que, ideado por Ortega, sería luego mal logrado, abandonados a su suerte floricultores y aprovechado parte del programa por un particular. Todavía en los ochenta, durante unos meses voló de Cuernavaca a Huatulco el bimotor de la empresa Aeromorelos que por falta de pasajeros acabó instalándose en Oaxaca.  Sacada del aire en 2003 por la Dirección de Aeronáutica Civil, Aerolíneas Internacionales fue la que más duró. Después vendrían otras empresas: Mexicana de Aviación, Aerocaribe y Aeroméxico, que se fueron como llegaron, escasos los pasajeros a Guadalajara, Tijuana, Monterrey, etc. Todas aventaron la toalla, pero quedaba el recurso de convertirlo en alterno al aeropuerto de la gran capital, para ello remodelada la terminal y presumidas con este propósito sumas millonarias durante la administración de Marco Adame Castillo. Cifras grandes: 300, 500 millones de pesos que ahí siguen sin que haya sido posible sacarles el jugo. Modernizada, de tamaño mayor que las de otras ciudades que tienen más movimiento, la terminal quedó muy bien pero con poca actividad, tardándose más en llegar que en irse otras aerolíneas por falta de pasajeros. Dicho todo esto, hoy, ante la consulta popular sobre qué prefieren los mexicanos: concluir las obras del aeropuerto en Texcoco o ampliar el de Santa Lucía. La polémica en la que el Gobierno de Morelos se está viendo lento, por incapacidad técnica o desinterés de crecimiento económico… (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán

jmperezduran@hotmail.com

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