Los últimos cinco secretarios de Movilidad y Transporte están igual que la monjita del cuento pícaro: Son los tiempos de la Revolución. Formadas en el patio del convento, las religiosas están a punto de ser “pasadas por las armas”. Cananas cruzadas al pecho, mirada de águila y panza de hacendado burgués, el general se arrisca los bigotes antes de ordenar a sus hombres: “¡Viólenlas a todas!”. Una de las novicias suplica: “A la madre superiora no, está muy viejita”. A lo que la aludida corrige rápidamente: “Hijita, el sheñor general dijo que a todash”... Titular de la Fiscalía Estatal Especializada en Combate a la Corrupción, Juan Salazar Núñez, reveló la existencia de órdenes de aprehensión en contra de ex secretarios de Movilidad y Transporte, se publicó, porque expidieron permisos ilegales de rutas y taxis. Esto tras la detención de uno de los directores generales de Transportes en el gobierno anterior, Noé Sandoval Morales. Que Salazar no dijera nombres no hizo falta, tácitas las puestas de saco para David Gómez Basilio, Manuel Santiago Quijano, Jorge Messeguer Guillén, David Martínez Martínez y José Ascensión Monter San Juan. Si se hallan o no en Morelos, sólo ellos y sus allegados lo saben, lo mismo que si aquí continuaban antes de la revelación del susodicho fiscal pero la indiscreción de éste los puso en fuga. De cualquier manera, el actual secretario del área citada, Víctor Mercado Salgado, le echó lumbre a la hoguera. Claridoso como es conocido en el medio transporteril, no se anduvo por las ramas al exhortar a los transportistas que fueron engañados al adquirir permisos ilegales de taxis y rutas durante la pasada administración a que presenten denuncias y así castigar a los responsables. ¿Cuándo? Se supone que pronto, si no han puesto tierra de por medio, o no de inmediato, si solicitan y les conceden amparos federales. En el fondo, el caso son las concesiones, siempre ha sido así, los viejos transportistas seguramente recuerdan: Aunque depreciadas las de taxi en comparación a lo que valían hace años, todavía cuestan dinero, siguen siendo consideradas un patrimonio que da para vivir, sobre todo por quienes poseen más de una. Esto, aunque sabido es que en Cuernavaca hay taxis de sobra, superada la oferta por la demanda desde mediados de 2006 cuando, a poco de dejar la gubernatura, Sergio Estrada Cajigal no sólo emitió casi 4 mil concesiones, también decretó la metropolización del servicio de taxis para que los permisos de Xochitepec, Temixco, Zapata y Jiutepec costaran lo mismo que los de Cuernavaca y poder desde entonces circular en la capital los taxis de los municipios conurbados. Años atrás, durante el gobierno 1988-94 de Antonio Riva Palacio ya habían sido autorizadas unas veinticinco mil concesiones, de taxis y rutas la gran mayoría y las menos de servicio de carga. Pero de cierta manera esta historia venía desde inicios de los ochenta. La generación actual de operadores de combis y microbuses “ruteros” no había nacido cuando el entonces gobernador Lauro Ortega Martínez creó el sistema de transporte colectivo al que instantáneamente los usuarios bautizaron como “rutas”. Pocos años después de la fundación de los comités populares de transporte en pueblos del interior del estado, fueron sorteadas unas setecientas concesiones a choferes y permisionarios de taxis por medio de una rifa efectuada en 1987 en el entonces Cine Ocampo y posteriormente Teatro de la Ciudad. Los flamantes ruteros comenzaron a trabajar en combis y coches sedán, viejos los más pero bien recibidos por los usuarios pues, aunque incómodos, los desplazamientos resultaron más rápidos que en aquellos camiones trompudos de las líneas que operaban en Cuernavaca conocidos como Urbanos, Chapultepec (“chapulines”) y Emiliano Zapata (“chocolates”, les llamaban a éstos los usuarios por estar pintados de ese tono); Ometochtli, de Tepoztlán, Circunvalación Zacatepec, de la zona cañera, y otras cuantas empresas más en el resto del estado. Nunca la mayoría de las rutas ha estado en condiciones óptimas de seguridad y comodidad, sacadas de la circulación las carcachas sólo cuando amenazan romperse por viejas y dadas las típicas manitas de gato a las que todavía aguantan una pintada “para despistar al enemigo”… Carcachas la mayoría de las unidades de ambos servicios, las concesiones de rutas todavía tienen futuro, pero no las de taxis que poco a poco están siendo sustituidas por ubers, para los que concesiones salen sobrando, no se necesitan… (Me leen mañana). 

José Manuel Pérez Durán
jmperezduran@hotmail.com

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