Se llamará Movimiento Alternativa Social, su acrónimo será MAS y nace como una nueva organización política. Presentada ayer la carta de intención para su creación en el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana, prácticamente el nuevo partido ya es dirigido por el ex diputado federal Matías Nazario Morales. Algunos de sus integrantes: Enrique Paredes Sotelo, quien fue el secretario del Ayuntamiento de Cuernavaca que presidió Jorge Morales Barud; Francisco León y Velez, Ana Bertha Haro e Isaac Pimentel Rivas, respectivamente, ex alcaldes de Tetecala, Tetela del Volcán y Ciudad Ayala. Éstos y otros a partir de ayer ex priistas ya, renunciando tácitamente al tricolor, abriéndole un boquete grande a este partido que de por sí anda de capa caída, cuadros políticos los citados y otros que se van con presencia en un buen número de municipios. Una vez que el MAS obtenga el registro electoral, de los mencionados y varios otros saldrán un candidato a gobernador, a diputados locales y federales así como a presidentes municipales, entre ellos muy probablemente Matías Nazario para Cuernavaca. Vale el apunte histórico: la última organización regional con registro electoral fue el Partido Civilista Morelense (PCM), creado luego de las elecciones de 1988 que en realidad arrasó Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano pero oficialmente ganó Carlos Salinas de Gortari. Impulsado por el entonces gobernador Antonio Riva Palacio López para hacerle contrapeso al PRD cuya creación ya se dejaba venir, el PMS tuvo entre sus diputados locales plurinominales al hoy legislador federal por Morena, Alejandro Mojica Toledo, y al primer diputado en ser desaforado, Florencio Ixpango. Enfermo de corrupción por el cobro de cuotas de protección a comerciantes ambulantes y a transportistas de Cuautla e incapaz de ganar una elección, el PMS acabaría desapareciendo por anemia comicial. Lo que no parece ser el caso del MAS, creado en condiciones distintas, escindidos sus fundadores del PRI al que en las pasadas elecciones Morena le infringió la peor derrota de su historia, incluso, más estrepitoso que en julio de 2000 cuando el PAN ganó su primera de dos elecciones presidenciales. Anunciado para ayer el registro federal del partido Responsabilidad Democrática (Libre), de la ex candidata presidencial panista Margarita Zavala de Calderón, quien dicho sea de paso hizo el ridículo de su vida en las elecciones de julio pasado, no será el único. Luego de que este lunes arrancó el proceso de registro para las organizaciones interesadas en constituirse como un nuevo partido político y que deberán manifestar al Instituto Nacional Electoral a más tardar el 31 de enero la intención de llevar a cabo su proceso constitutivo como fuerza política, también está perfilada la organización llamada Redes Sociales Progresistas (RSP). Los de ésta presumen haber apoyado a Andrés Manuel López Obrador y, dirigida por Fernando González y René Fujiwara Montelongo, respectivamente yerno y nieto de la ex dirigente del sindicato magisterial Elba Esther Gordillo, dice tener 260 mil afiliados en toda la República…PRESIDENTE municipal de Jiutepec por Morena, a Rafael Reyes le dejó un auténtico cochinero José Manuel Agüero Tovar. Deudas aún no cuantificadas con precisión matemática pero ostensiblemente grandes, una nómina obesa por exceso de personal, minas “sembradas” en diversas áreas del Ayuntamiento y más, mucho más rapiña que a “Rafa” le será complicado solventar y le llevará tiempo. ¿Qué demanda el pueblo de Jiutepec? La respuesta es simple, expresada coloquialmente así: que Agüero pague lo que debe con dinero o con cárcel. No será fácil pero tampoco imposible. Me dice un vecino del centro: “Cosa de tiempo y de que el pueblo tenga paciencia, pero no mucha”. Los viejos de Jiutepec lo saben, tienen memoria. Recuerdan: Jiutepec, el que formaba parte de la Ruta del Sol cuando Reyes aún no había nacido. Cuando los adoradores de Baco arrancaban las noches de fines de semana en el centro de Cuernavaca, seguían en El Polvorín, compartiendo la cena de madrugada, luego a Temixco y a Zapata, pillados allí por los primeros rayos del astro rey. Dependiendo del aguante, el regreso a Cuernavaca era a las siete u ocho de la mañana, rematada la parranda maratónica con una pancita en el mercado López Mateos, y sólo hasta entonces, secos los bolsillos y agotada la gasolina, retirarse a casa. Se podía, había seguridad, y el único riesgo eran las peleas a puñetazos o los “borrachazos” por accidentes de tránsito que a veces arrojaban saldos fatales. Sucedió hasta fines de los ochenta, y desde antes ya se hablaba de controlar los bares, botaneras, restaurantes con venta de bebidas alcohólicas y toda suerte de antros. Un tema más viejo que la tos al que la corrupción ha hecho imposible tanto en la capital como en pueblos del interior… (Me leen después).

 

Por: José Manuel Pérez Durán

jmperezduran@hotmail.com 

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