Ajenos a la tragedia que se acercaba, por la mañana se realizaba un simulacro en la Plaza de Armas para conmemorar un aniversario más del sismo de 1985. Horas más tarde, una señora moría apastada por la barda del restaurante Mañanitas en la avenida Álvaro Obregón, mientras cuadras abajo el edificio Latinoamericano amenazaba desplomarse en la calle Degollado. Vieja, de adobes humedecidos, la barda no aguantó el zangoloteo, mientras “la Latinoamericana”, como la conocemos los cuernavacences, que hubiera soportado el sismo del 19 de septiembre de 2017 colapsó por el tremendo peso del transmisor de la radiodifusora que indebidamente estaba en uno de sus departamentos. El terremoto de magnitud 7.1 había sido terriblemente intenso, y el epicentro en Axochiapan hizo que en Cuernavaca se sintiera más fuerte que el del 19 de septiembre de 32 años atrás. Los primeros reportes advirtieron 55 personas muertas y cientos de heridos en 14 de los 33 municipios. Un informe del entonces secretario de gobierno, Matías Quiroz Medina, indicó las mayores afectaciones materiales en Jojutla, con 16 decesos, 2 mil viviendas agrietadas y la caída de parte del Palacio Municipal, seguido de Tetecala y Zacatepec con seis fallecimientos cada uno, y entre una y cinco defunciones en Cuernavaca, Tlayacapan, Axochipan, Miacatlán, Yecapixtla, Cuautla, Yautepec, Xochitepec y Temixco. Entonces alcalde, Cuauhtémoc Blanco Bravo estaba en Cuernavaca, de modo que alrededor de las dos de la tarde acudió a una de las zonas afectadas. No así el en ese momento gobernador Graco Ramírez, que, hallándose en Tepic para la toma de posesión del gobernador de Nayarit, Antonio Echeverría García, regresó de inmediato y pasadas las cinco de la tarde encabezó la sesión del comité de emergencias que horas antes había activado el secretario Quiroz. Hoy, pasados catorce meses del terremoto más letal que haya sufrido Morelos, vendrá a Jojutla el presidente Andrés Manuel López Obrador. La población lo recibirá entusiasta e incluso afectiva, pues por él votó la mayoría de jojutlenses el 1 de julio. Pero AMLO también confirmará una atmósfera de protestas, reclamos y quejas contra Graco el ex gobernador, por las afectaciones del gran temblor que no atendió. Puede suceder igual que el viernes pasado en Acaponeta, Nayarit, abucheado el coordinador de programas sociales de esa entidad, Manuel Peraza Segovia, porque no censó a las familias afectadas por el huracán Willa y fue regañado por AMLO, que expresó: “¡Ah, Manuel… ah, Manuel!”. Lo que este día a lo mejor reedita AMLO en Jojutla, reclamando ante el micrófono: “¡Ah, Graco… ah, Graco!”. Y que, trasladado el reproche a la política, quizá aliente el rumor de que a Graco o a algunos de los suyos los espera la cárcel, pues para ello ya median denuncias penales… Por cierto, ¿cómo vivía Morelos los primeros días tras el temblor de 2017? Escribí entonces: Ahí están, son más frecuentes de lo que creemos y el hecho de no sentirlos venir implica reforzar las prevenciones. Entre el sismo del 7 de este mes con epicentro en Pipijiapan, Chiapas, y el movimiento telúrico con epicentro en Axochiapan, Morelos, el martes anterior, sólo mediaron doce días. Y la mañana de ayer, los epicentros de los dos temblores fueron en Oaxaca. También en septiembre, en 2014 se registró uno por la mañana, nueve minutos antes del ocurrido el 19 del noveno mes de 1985. Tuvo una magnitud de 3.5 grados, ocurrió a las 7.12 y el epicentro a 23 kilómetros al oeste de Pinotepa Nacional, Oaxaca. La semana pasada, la naturaleza nos recordó el temblor de hace treinta y dos años. Las cifras del gobierno de México de aquel entonces dejaron el saldo en seis o siete mil muertos y desaparecidos, pero al paso de los años y los reportes de desaparecidos llegó a la cantidad de diez mil fallecimientos. Otro cálculo aproximado es que los daños alcanzaron la cifra de 400 mil millones de dólares por la destrucción que equivalió a una carga de mil toneladas de dinamita, según los expertos. El recuento de los daños incluyó que doce de los edificios multifamiliares del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco y nueve del Multifamiliar Juárez tuvieron que ser demolidos. En los seis meses siguientes fueron demolidos más de 152 edificios en toda la ciudad. Se recogieron 2 millones 388 mil 144 metros cúbicos de escombros. Tan sólo para despejar 103 vías consideradas prioritarias se retiraron un millón y medio de escombros mediante 110 mil 600 viajes de camiones de volteo… (Me leen después).

 

Por: José Manuel Pérez Durán

jmperezduran@hotmail.com 

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp