Más tardó el alcalde Rafael Reyes Reyes en confirmar que buscará ser reelecto como alcalde de Jiutepec, que sus adversarios –¿entre ellos su antecesor José Manuel Agüero Tovar?– en echar a andar el rumor de que renunciaría al partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Tal no obstante la literalidad del video de Reyes en las redes sociales, donde se le ve y escucha decir: “Informo a la militancia morenista que en este instituto político me voy a quedar, sea cual sea la determinación que tome mi partido desde cualquiera de las filas que me corresponda contribuir a la transformación política democrática que encabeza nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador”. Anuncia que se registrará para participar en el proceso de selección de candidatos de Morena y competir por presidencia municipal de Jiutepec. Cuestión de cubrir procesos y las formas, y en el caso de Rafael Reyes con el consenso de la gente de Jiutepec sobre hechos y razones que le reconocen una gestión exitosa en materia de obras y servicios públicos, entre otros: la sustitución del cien por ciento de 14 mil 782 luminarias del sistema de alumbrado público, lo que no había sucedido en muchos años. Perforación de dos pozos que este año serán equipados e inaugurados. Modernización de equipos de bombeo en 25 pozos más. Operación del 100% de las cuatro plantas tratadoras de aguas residuales que sanean 330 litros por segundo. Ampliación del horario vespertino de atención en 12 centros de salud que cuentan con médico y enfermeras. Adquisición de 9 camionetas y construcción de dormitorios para 60 agentes de seguridad pública. Setenta obras de pavimentación, ampliación de red de agua potable, sanitaria y de electrificación. Pago de 151 millones de pesos a la deuda pública heredada. Y así por el estilo, en circunstancias inéditamente complicadas por la pobreza presupuestal de todo municipio, las consecuencias sanitarias y económicas de la pandemia del cólera virus… El contexto del anuncio de que Rafael Reyes buscará la reelección coincidió con una nota de nuestro periódico. Señala que la Secretaría de la Función Pública estaría inhabilitando a José Manuel Agüero para ocupar un nuevo cargo en la administración pública. Detalla que una búsqueda en el Sistema de Registro de Servidores Públicos Sancionados reveló que Agüero fue sancionado por la Contraloría Municipal desde enero de 2020 con la inhabilitación por negligencia administrativa. Advierte datos duros del expediente número CMJ/DGPA/ PA-03/2019 que explican la sanción impuesta por un periodo de ocho años para desempeñar empleo, cargo o comisión en el servicio público. Que Agüero fue condenado al pago de un 1 millón 127 mil pesos para resarcir el daño que causó a la hacienda pública municipal, y a una multa por más de 2.2 millones de pesos que debió depositar en la cuenta de la tesorería municipal. Y que otros ex funcionarios de la administración 2015-2018 de Jiutepec también fueron sancionados con la inhabilitación, entre ellos Elizabeth Barón Armenta y Antonio Contreras. Pero si historias de corrupción descarada –la Casa Blanca de “La Gaviota”, el saqueo a Pemex, el fraude con la planta de Altos Hornos, etc.– han hecho que la sociedad pierda la capacidad de asombro, es así porque los protagonistas de las transas son barriles sin fondo, como aparece el ex alcalde de Jiutepec que tiene la desfachatez de pretender la reelección como precandidato de la coalición PRIPRD… (Me leen después).

Por JOSÉ MANUEL PÉREZ DURÁN / jmperezduran@hotmail.com

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