Se podría decir la clásica de que el despido de trabajadores del Ayuntamiento de Cuautla genera sentimientos encontrados. El miércoles, el alcalde   Rodrigo Arredondo López presumió en rueda de prensa que cuando asumió el cargo lo hizo con la responsabilidad salvaguardar los derechos de los cuautlenses por encima de cualquier interés personal o de grupo. Es correcto. Afirmó que giró instrucciones para que se les paguen de inmediato como trabajo devengado. No debe ser de otra manera. E igualmente si, como asegura, los líderes de ambos sindicatos pretendieron paralizar al gobierno municipal, por lo que decidió despedirlos. Para lo cual hace cuentas: 146 de ellos y ellas se encuentran en situación de ser jubilados y de éstos un porcentaje importante ya presentó su documentación para tramitarla, así que les darán todas las facilidades para que obtengan la jubilación. Legalmente así debe ser. Lo que no dijo es que los trabajadores en condiciones de retiro no deben ser despedidos a rajatabla, sino pensionados. Arredondo tampoco descubre el hilo negro al recordar que durante muchos años líderes del tipo los sindicatos de la Comuna cuautlense han disfrutado prebendas y privilegios, por ejemplo, días de descanso, vacaciones y permisos que suman tres meses al año. 

Arredondo enfatiza algunos vicios de la burocracia dorada justamente en estos días cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto en la “mañanera” el tema de los líderes de secciones del sindicato de trabajadores de Petróleos que históricamente se han despachado con la cuchara grande. Esta nota de “La Jornada” de anteayer ilustra el asunto: “La proliferación de protestas en contra de Petróleos Mexicanos (Pemex) lideradas por su sindicato se debe, según empleados en activo y disidentes, a convenios ‘que el mismo gremio avaló’ para reducir plazas durante la gestión del ex dirigente Carlos Romero Deschamps y ‘que ahora quieren defender’. Al mismo tiempo, la dirigencia sindical que encabeza Ricardo Aldana ‘está presionando’, porque quieren las 17 mil plazas que ofreció el presidente Andrés Manuel López Obrador para basificar al personal transitorio, con el objetivo de ‘negociarlas, recibir moches y dárselas a sus allegados”’, señalaron trabajadores que solicitaron el anonimato por temor a represalias. Ayer volvieron a producirse manifestaciones de integrantes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) en diversos centros de trabajo y plantas de Pemex por el presunto incumplimiento del contrato colectivo por la empresa...”.

¿Y en casa cómo andamos? No es de ahora el exceso de personal en el Ayuntamiento de Cuernavaca, empezó hace al menos veinte años, incrementado sucesivamente a partir de la administración panista de 1997-2000. “El desmadre arrancó con el PAN”, recuerda un trabajador pensionado. Completa el columnista: y continuó con el regreso del PRI y el PES que luego gobernó en la capital, heredándole a Morena 4 mil 400 trabajadores en 2018. El 52 por ciento son pensionados y jubilados, y activos el resto agrupados en cinco sindicatos contra uno de tres décadas atrás. Ello explica una parte de la crisis de la Comuna capitalina, en la que si las finanzas ya andaban arrastrando la cobija la pandemia del Covid-19 llegó para darle la puntilla… (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán

jmperezduran@hotmail.com 

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp