La advertencia del dirigente estatal de Morena, Gerardo Albarrán Cruz, no dejó lugar a dudas. Aseguró: el asunto de las coaliciones de Morena debe pasar por el Consejo Nacional del propio partido. Y específico el rechazo de la representante del grupo Bases de Morena, Silvia Salazar Hernández: los auténticos morenos no aceptan la alianza con el Partido Encuentro Social de Morelos (PES), ya que no se trata de una coalición “natural”, y además el PES “traicionó los principios de Morena”. Así lo declararon a medios hace una semana, la misma que el presidente del PES, Jorge Argüelles Victorero, se tardó en reaccionar. Lo hizo colgándose de los postulados del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero sobre todo dando por descontado que el candidato de la coalición Morena-PES a la alcaldía de Cuernavaca saldrá del PES, porque a este partido Morena le debe la factura luego de que en el 2018 “cedieron muchos lugares” y ahora les corresponderá a los del PES encabezar la propuesta en la capital morelense, es decir, la alcaldía. ¿Insinuó Argüelles que el acuerdo de la comilona con el líder nacional de Morena, Mario Delgado, es que el candidato de la coalición Morena-PES a la presidencia municipal de Cuernavaca no sea un moreno sino una o uno del PES? ¿Y las ideologías? Tratándose del poder por el poder, estorban. Juntos y revueltos irán el PAN, el PRI y el PRD en la elección de diputados federales de junio de 2021. Como ha dicho AMLO: los de siempre confirmaron que son los mismos, se descararon, sólo simularon ser distintos. ¿Y la alianza de Morena con el Partido Verde? Antípodas también, mezclados como el agua y el aceite con tal de ganar la mayoría en la Cámara de Diputados. Pero lo que no se ha dicho es que tanto en las siguientes elecciones de Morelos como en los próximos comicios federales el riesgo será para Morena, porque una vez realizada la jornada electoral de junio el PES y el Verde traicionen a López Obrador. AMLO sabe que el que traiciona una vez, traiciona dos veces, pero con tal de que avance la cuarta transformación se arriesga apostándole a una carta de naturaleza voluble... ALGO pasó, ¿les jalaron las orejas o qué? De la diputada local por Morena y una de las aspirantes a la presidencia municipal de Cuernavaca, Alejandra Flores Espinoza, se supone que está al lado de los pobres y lejos de los ricos. De ser así se encontraría apoyando la idea de disminuir los aguinaldos de la burocracia dorada, los privilegiados que por estos días se preparan a recibir el equivalente a noventa días de salario se pretexto de la “gratificación navideña”. Pero no. La discusión dejará como está el aguinaldo del personal de base, cuyos sueldos son abismalmente inferiores a los de sus jefes. Alejandra rechaza la reforma a la Ley de Servicio Civil que bajaría los aguinaldos de los de arriba y dejaría intactos los de abajo. Una iniciativa en este sentido trascendió de la también diputada morenista Keila Figueroa Evaristo, pero sin que lo haya confirmado o negado el caso es que se habló de la inconformidad de los burócratas de base, lo cual evidentemente no sucedió, y sí una confusión provocada con muy mala leche. Hace meses que voluntariamente a fuerzas legisladores y funcionarios del primer nivel del gobierno de AMLO vienen aportando una parte de sus ingresos para emergencias sociales, y que no es por echarle porras a nadie, pero por la pandemia el gobernador de Morelos no ha cobrado su sueldo. No así los magistrados del Poder Judicial, codiciosos como los diputados del Legislativo al igual que los funcionarios de la primera esfera del Ejecutivo: secretarios de despacho, coordinadores, directores generales, etc., etc. Como si por sus “capacidades” merecieran aguinaldos insultantes de doscientos mil y tantos pesos… (Me leen después).

Por José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com 

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