Este día no tendrán nada que celebrar los niños a los que la violencia del crimen dejó huérfanos de padre y madre. Pequeños que no tienen mamás porque se las arrebataron los fuegos cruzados en asaltos, secuestros, persecuciones. Madres convertidas en daños colaterales, como alguna vez “justificó” el gobierno del sátrapa Felipe Calderón. Es la herencia maldita que hasta los días de hoy continúa enlutando hogares, pueblos y ciudades. Tristemente destacada Cuernavaca como la tercera ciudad más insegura de la República Mexicana, sólo atrás de Fresnillo (Zacatecas) y Ecatepec de Morelos (Edo. Méx.), de acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana recientemente publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Mientras en Fresnillo, Zac., 9.4 de cada diez personas se sienten inseguras inclusive cuando están trabajando o en casa, en Ecatepec el 89.9 de la población vive bajo el temor de ser víctima de la delincuencia, y en Cuernavaca el 87.8 de los habitantes sobrevive en la zozobra de convertirse en estadística de los daños colaterales. Asesinado en 2017 en Culiacán, dos años antes el periodista Javier Valdez fue entrevistado por Aristegui CNN. La conversación giró en torno al libro “Huérfanos del narco”, del propio Valdez, quien dijo: “al hacer el libro ‘Huérfanos del narco’, me encontré con historias de desolación, como la mirada del niño de la portada; me encontré con una niñez muy dolida, abandonada, en medio de un ambiente de terapia, de llanto, a solas, a oscuras bajo la cobija. De dedos que ya no alcanzan para contar los días porque el papá no llega. Fue muy difícil para mí entrevistar a los niños y a las madres, viudas o no”. Aclaró que no todas las víctimas eran hijos de narcotraficantes, que “la mayoría son hijos de policías, de periodistas, obreros, empresarios, comerciantes”. Narró el caso de una madre afligida que duró semanas sin salir de casa, “en un estado casi demencial, sin comer, sin dormir, sin salir, sin bañarse, sin cambiarse, sin darle de comer a sus hijos”. La encuesta del Inegi ha pasado desapercibida por la población que de manera compresible está atenta a la vacunación contra el Covid-19, lo que irónicamente da paso a una suerte de indiferencia social ante el tema de la inseguridad. Por un lado, esto le conviene al Gobierno del Estado, al ser el responsable constitucional de la seguridad de los habitantes de Morelos. Y por otra, los candidatos de partidos de oposición, cuyo discurso podría ser de críticas al Ejecutivo del estado, parecen inclinar la cerviz ante el abanderado del partido en el poder estatal a la alcaldía de Cuernavaca… ¿Los candidatos de la supuesta oposición no leen la nota roja? Indiferentes a la inseguridad, ¿a José Luis Urióstegui, Cipriano Sotelo, Sergio Estrada., etc., les disgusta la realidad porque los saca de su confort? ¿A qué le tienen miedo? Los hechos: Cocido a puñaladas fue encontrado el cadáver de un hombre en la colonia Ampliación Bugambilias de Jiutepec. En una situación parecida, apareció el cuerpo de un sujeto en una casa de la colonia Eterna Primavera de Temixco. En la comunidad de San Vicente de Juárez Las Piedras, municipio de Ayala, un individuo fue asesinado a tiros. Mientras tanto, en el poblado de San Carlos, municipio de Yautepec, un adolescente ya había muerto y un adulto resultado herido cuando el vehículo en el que viajaban fue atacado a balazos. Estos delitos fueron cometidos durante el cierre del pasado fin de semana, y en ninguno fueron detenidos los responsables… (Me leen después).

Por José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com

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