Corta la visión de autoridades y particulares que así lo plantean, la solución al problema del comercio ambulante y semifijo va mucho más allá de sacarlos de las banquetas. Tampoco lo fue sacar a unos cuantos de los jardines del Zócalo, hace meses. El tema es la subsistencia de los miles de familias que se ganan la vida en el centro histórico, en otros espacios de Cuernavaca y el interior del estado. Y el punto al que se llega cíclicamente, procurar lugares adecuados para reubicarlos antes de pensar en desalojarlos. Un cuento de nunca acabar. En el centro de Cuernavaca viene de los ochenta, catapultado con la implantación del modelo neoliberal de gobierno. Comerciantes ambulantes ha habido en las afueras del mercado ALM y en los mercaditos municipales desde que los adultos de hoy eran niños. Invadidas décadas atrás las aceras de Guerrero por vendedores de mercancía contrabandeada que fueron metidos al Pasaje Degollado, fue más conocido entonces que ahora como el “Mercado de la Fayuca”. Pero el ambulantaje siguió surgiendo del desempleo, apoderado poco a poco de sitios relativamente alejados del centro hasta convertirse en vendedores fijos. Fue así que la construcción del Pasaje Lido y la utilización del Puente del Dragón sacó del Zócalo y calles cercanas al comercio informal… que poco tardó en regresar. La persistencia de la falta de empleos formales causó que más familias se incorporaran al ambulantaje, hasta formar finalmente parte activa de la Plaza de Armas, el Jardín Juárez, la explanada del “Morelotes”, Galeana, Matamoros, Guerrero y No Reelección. Complejo el vasto mundo del comercio ambulante, practicantes sus componentes de una cultura contraria a la formalidad y a los trámites burocráticos, resistentes a las propuestas que signifiquen cambios a su modo de ser y su rutina de trabajo, para los políticos los comerciantes callejeros han representado temas de discursos huecos. Fenómeno de múltiples aristas, en el comercio informal hay patrones y empleados de puestos en mercados municipales y el centro comercial ALM, los pasajes de Guerrero y el puente, de tianguis itinerantes, taquerías, fondas y toda suerte de changarros. Caras las consultas médicas y exorbitantes los precios de los medicamentos, se enferman y no tienen IMSS o ISSSTE, así que les quedan tres opciones: el Seguro Popular, empeñar hasta la camisa para poder ser recetados por médicos particulares, ir a los hospitales de la red de la Secretaría de Salud o acudir a la medicina tradicional, incluidas yerbas curativas, curanderos, brujos de a de veras y charlatanes. Grosso modo así ha sido la vida de al menos tres generaciones, de familias que se ganan el sustento en el comercio irregular. Tanta gente y tantos años han pasado que no existe una solución rápida, sólo paliativos y a veces ni eso. En lo inmediato no puede ser de otra manera. Sacar a los ambulantes de Guerrero, la arteria tradicional del comercio establecido de Cuernavaca, es un reclamo antiguo por parte de organizaciones empresariales. ¿Pero qué de los semifijos y ambulantes que se ganan la vida en las banquetas? Unos autónomos y otros empleados sin seguridad social –eloteros, vendedores de globos, etc.– el quid está en el derecho a ganarse la vida. ¿Cuántos suman en Cuernavaca los posibles miles de votos representen para el apetito político de los candidatos adelantados a alcalde de Cuernavaca… DEL correo enviado por uno de los tres lectores del atrilero: “La SCJN no ‘avaló’ la reforma que hizo la legislatura pasada, sino por el contrario: declaró la inconstitucionalidad de los transitorios que les aumentaban a 20 años el cargo a los Magistrados. Los Magistrados que ‘mandaron a sus casas’ no fueron exactamente a los que mencionas, sino estos: Dr. Miguel Ángel Falcón Vega, Rocío Bahena Ortíz, José Valentín González García, María del Carmen Verónica Cuevas López (ellos del Tribunal Superior de Justicia) y a los Magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa Jorge Estrada Cuevas y Martín Jasso Díaz. Los Magistrados no tienen dentro de sus prestaciones coche, ni chofer, ni gasolina (solo cuando se trasladan a actividades oficiales o cuando cubren sus ponencias en los Circuitos Judiciales de Cuautla o Jojutla), ni gastos de representación. Lo anterior, de ninguna manera se acerca a un salario de $200,000.00”. Puse “ingreso”, no salario… (Me leen después).

Por José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com

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