Prohibida hasta hoy en Cuernavaca la venta de elotes en las noches del “grito” de Independencia, la de 1972 quedó para la anécdota. La muchedumbre de abajo lanzó una lluvia de elotazos a los políticos de arriba que se regodeaban en el balcón central del Palacio de Gobierno. El incidente sucedió cuando el alcalde de voz afeminada leía el acta de la Independencia de México, y entre la muchedumbre alguien le gritó fuerte y claro: “¡habla como hombre, cabrón!”. Las carcajadas se oyeron hasta la glorieta de Las Palmas…
Treinta y un años más tarde, hubo un alcalde por demás pintoresco, Rafael Vargas Zavala, padre del también presidente municipal edil del mismo nombre, pero diferente partido, Rafael Vargas Muñoz. Zavala se volvió famoso el uno de octubre de 2003 porque se cruzó el pecho con la banda presidencial para la ceremonia de su toma de posesión como presidente municipal constitucional de Huitzilac. Ignorando o soslayando el protocolo, decidió: “si presidente soy, me terció la banda”.  Pasado el evento, no faltó alguien del pueblo que le preguntara: “¿por qué te la pusiste?”. Y que él contestara, envalentonado: “¡Por qué chingaos no!”. Meses después, confirmó el exabrupto al columnista en un café del centro de Cuernavaca. Hacía pocos días que había rendido su primer informe, así que detalló que mandó hacer la banda en la Ciudad de México y que, incluidos el bordado del águila y la bastilla dorada le había costado tres mil quinientos pesos. Alardeó, sonriendo malicioso: “Me la iba volver a poner para el informe, pero los panistas la hacen mucho de pedo”. El gobernador de ese momento era el panista Sergio Estrada Cajigal, actualmente preso en Cancún... 
Por allá de mediados de los setenta, un alcalde de la zona sur se puso la banda presidencial para rendir su informe, pero a lo más le costó una “mordida” de algún inspector de la Dirección de Investigaciones Políticas de la Secretaría de Gobernación que entonces eran “el coco” de los ediles pueblerinos…
Se acercaba la noche del “grito” y cierto alcalde de la zona cañera tenía miedo de que sus enemigos lo abuchearían, haciéndole algo más gritarle una que otra mentada de madre. Angustiado, a la hora de la comida buscó el consejo de su mamá. Le dijo: “Estos cabrones son capaces de rementarme la madre, aventarme de pedradas y vaya usted a saber qué más”. Temblando de coraje, añadió: “La gente del pueblo se va a reír de mí”, de modo que viéndolo en semejante estado la inocente señora le recomendó: “Ay, mijo, pues no des el ‘grito’ hoy; dalo otro día cuando esos cabrones no estén en el pueblo”… 
En el 2022 el alcalde José Luis Urióstegui Salgado anticipó que el 15 de septiembre no habría “grito” en Cuernavaca. Argumentó una cuestión de salud pública, que la gente no fuera expuesta a contagios del Covid-19 y a “otras enfermedades”. ¿Se refirió a la viruela del simio? Una posibilidad de contagios que no sintió, y si la sintió fue desdeñada por la gente de la Ciudad de México, cuyo gobierno ya había anunciado la concentración de miles de personas en el zócalo capitalino por la actuación de Los Tigres del Norte. Suspendida también en Cuernavaca la ceremonia del “grito”, en cambio sí lo hubo en la Ciudad de México CDMX en 2021 con la tremenda Lila Downs, a la que le fue muy aplaudida su interpretación de la canción “Latinoamérica”… (Me leen mañana).

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