Este día que estará en Ayala el presidente Andrés Manuel López Obrador, alguien debería recordarle que tiene un pendiente en Morelos: el Paso Exprés, presuntamente “inflado” su costo, sospechosos de enriquecimiento ilícito con esta y otras mega transas el ex secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, y el ex presidente Enrique Peña Nieto. Los datos se hicieron públicos en noviembre de 2018: Pagos por obras no realizadas y gastos inflados, señaló la revisión de la Cuenta Pública de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). También, gastos asimismo “inflados” por 186 millones de pesos y material que supuestamente compraron en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), pero no apareció ni colocado en la obra ni en las bodegas. Según estimó la ASF, el gobierno federal debía recuperar 108.6 millones de pesos que fueron pagados de manera indebida por la SCT. Resaltó más de 491 millones que debieron ser aclarados, y la obligación de recuperar 108.6 millones de pesos más que fueron pagados de manera indebida a través del Centro SCT-Morelos. Afirmó que eran “recuperables” 270 millones por irregularidades detectadas en la obra, y que 31.8 millones estaban pendientes de aclarar por parte de la SCT en la revisión de los contratos realizados durante 2015. La revisión que detectó en marzo de 2014 el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), asignado al Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) el contrato para la elaboración del estudio y el proyecto de la ampliación de la obra carretera por un total de 26 millones de pesos. En agosto de ese año, fue firmado un convenio “modificatorio” para aumentar a 33 millones más IVA el costo de los servicios y alargar el plazo para entregarlos. La auditoría señalo que la carpeta de concreto hidráulico y, ojo, las bases estabilizadas, eran de mala calidad pues hubo “incumplimiento de espesores”. Esto y más resumió del Paso Exprés la ASF, pero fue hasta dos años después que trascendió una investigación de la Fiscalía General de la República contra el Gerardo Ruiz, por malversación de fondos, asignación irregular de candidatos y otros delitos derivados de la construcción del Tren Interurbano México-Toluca, así como de las obras en el Nuevo Aeropuerto Internacional de México. En el plano local, la asociación de ideas tiene que ver con el Paso Exprés, vuelto tristemente famoso por el socavón que el 12 de abril de 2017 engulló las vidas de un padre y un hijo. El Paso Exprés, el mamotreto digno de competir por el título de la obra peor hecha de México y que, sospechoso su costo de haber sido “inflado” con al menos mil millones de pesos, por “globero” similar en otro país con costumbres y cultura diferente desde cuándo los responsables de la transa ya habrían sido penalmente procesados y encarcelados. ¿Lo tiene claro AMLO?.. HABLAR –escribir, pues– del incremento de tarifas en las “rutas” no es dar una mala idea a los concesionarios; hace tiempo que la tienen. Graco Ramírez los contuvo los últimos dos años de su administración, no sin antes darles un aumento en enero de 2017 cuando la mínima subió de 6.50 a 8 pesos, pero, aunque machacones los autollamados líderes del transporte colectivo, el secretario de Transporte y Movilidad Víctor Mercado Salgado, los ha traído a raya. Así la pasaron el año recientemente pasado y llegaron en las mismas condiciones al umbral del 2020, para la buena suerte de miles de usuarios, pendiente el tarifazo y condicionado a que los dueños de las rutas carcacha las sustituyan por combis y microbuses último modelo, nuevos, flamantes, seguros y confiables como merece la amplia gama de personas que viajan en ellos, miles de niños y adultos, viejos y jóvenes, obreros, estudiantes, empleados, campesinos, etc. Caso también de los taxis que se caen de viejos, con más de diez años rodando, sucios, malolientes. Para sacarlos de circulación existen programas de financiamiento oficial, pero no aquí sino en la CDMX, donde este año unos treinta mil concesionarios deberán renovar sus taxis modelos 2009 o anteriores. O sea, “igua” que en Cuernavaca, plagado de carcachas el parque vehicular y de ahí la preferencia por los ubers que, además, no necesitan concesiones. Programa el de la capital, dicho sea al vuelo, susceptible de ser replicado en Morelos, con financiamientos iguales o parecidos, para que por fin y luego de décadas el transporte de personas sea descarcachizado. Conocedor del medio en el que comenzó a desenvolverse hace buti años, el “Güero” Mercado tiene conocimientos y experiencia para lograr este que por tanto tiempo ha sido el sueño guajiro de miles de morelenses… (Me leen después).
José Manuel Pérez Durán
jmperezduran@hotmail.com
